lunes, 9 de mayo de 2016

¿El imperativo categórico es realmente una ley "excesivamente rígida"? Una reinterpretación del deber kantiano.

Normalmente se tiene la imagen de la filosofía moral propuesta por Kant como "excesivamente rígida", en donde su afán de actuar de acuerdo a preceptos universales e incondicionales pueden terminar causando serios problemas si es que no se tiene en cuenta el contexto. Se señala que a Kant no le interesaría esto porque de lo que se trata es actuar de acuerdo conforme se debe y no de acuerdo a las consecuencias de los actos. Solo de la primera manera se actuaría de acuerdo a la razón y por tanto moralmente.

Los críticos de esta "rigorismo" señalan que ello puede llevarnos a contradicciones: Por ejemplo, respecto a no mentir. ¿Qué pasa si una persona que va a matar a nuestro amigo (que esta escondido en nuestra casa), toca la puerta y pregunta si está en nuestra casa? Se debería actuar supuestamente de forma universal, sin excepción: no deberíamos mentir nunca. Mentir sería no respetar al otro (así sea un asesino), como un fin en sí mismo. Pero ello llevaría a que maten a nuestro amigo (osea que atenten contra su propia humanidad) y no se le respetaría como un fin en sí mismo (pues se le quita la vida).


Creo que esto es una interpretación equivocada. El núcleo de la propuesta ética kantiana es el postulado del "hombre como fin en sí mismo" (la segunda formulación del imperativo categórico). La primera formulación, respecto a la universalización de las máximas que guían nuestro actuar, es más una formulación "formal" que se interpreta por lo general como algo procedimental: "¿Quieres saber si tu acción es ética o cómo actuar éticamente? Imaginate que todos actuarán de esa manera, ¿se llegaría a una contradicción?". Pero en realidad esta interpretación es errónea porque resulta imposible para nosotros imaginarnos todas las situaciones, no tendría ningún fin práctico. En realidad es más una formulación que plantea como requisito que toda acción moral debe guiarse por un postulado universal. Y este postulado universal, incondicional es "el hombre como fin en sí mismo". Este es el verdadero contenido de la ley moral. (Ya en otro post hable de cómo debería desarrollarse ese contenido)

Ahora plantearé que en realidad ese contenido lleva no solo a un vinculo dialógico con los otros y a un compromiso con los fines de cada individuo sino a que tengamos que actuar teniendo en cuenta el contexto. Es decir, todo lo contrario a la interpretación excesivamente rígida de la ley kantiana. ¿Por qué? Porque de no hacerlo terminaríamos en situaciones que atentarían contra la humanidad de cada quien (como vimos el caso de la mentira al asesino). Debemos hacer uso nuestra razón práctica para poder saber cómo actuar de acuerdo a cada contexto para poder cumplir con el postulado del hombre como fin en sí mismo. Hay evidentemente elecciones trágicas, en donde vamos a tener que ponderar , puesto que cualquier decisión puede terminar afectando de forma negativa a las personas. O otras circunstancias donde cualquier decisión está en armonía con la idea de "hombre como fin en sí mismo", pero donde debemos decidirnos por una u otra acción. En ambos casos, tanto en lo negativo o lo positivo, es nuestro deber razonar de tal manera que la decisión sea más acorde a la ley moral. No hay una "forma única" de actuar de acuerdo a la ley moral, sino que va a depender del contexto.

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