viernes, 13 de julio de 2012

Visión de Universidad 2: Una Universidad de Investigación y no de Enseñanza.


Investigación:

En la actualidad, podemos hablar de la existencia de dos tipos de universidad. Estas son las de Enseñanza y las de Investigación. Para Pablo Quintanilla, decano de la facultad de EE.GG.LL.PUCP:

 “Las primeras simplemente trasmiten conocimientos y forman  técnicos para que los apliquen. En ellas se forman profesionales que no están preparados para repensar los fundamentos de sus disciplinas ni para hacer verdaderos aportes al conocimiento, sino solamente para resolver problemas prácticos y específicos de aplicación de las ciencias. Las universidades de investigación crean el conocimiento, expanden las fronteras de las ciencias y, naturalmente, enseñan lo que ellas mismas y otras universidades de investigación están creando”[1]

Las universidades de Enseñanza tienen su origen en la especialización que se da en los campos de producción y trasmisión del conocimiento en los siglos anteriores. Con ello se descubre el poder del conocimiento para el manejo de la naturaleza. Y este manejo se genero a partir de interés productivos-económicos. Así, estos espacios se vuelve centros centrados en el manejo de conocimientos para  responder a dichas demandas, su finalidad es esa. En cambio, la universidad de Investigación entran en relación con la formación integral del miembro de dicha comunidad, sino no sería posible una investigación real, además de verse comprometida con el desarrollo humano y social, al ser la dimensión ética una parte fundamental de esta formación integral. Esto llevará a Salomón Lerner, Rector en merito de la Pontificia Universidad Católica del Perú, a nombrar este tipo de comunidad universitaria como “Ethos”[2] de donde proviene la palabra ética, y que significa una segunda naturaleza, necesaria para el hombre para poder vivir en sociedad[3]. Hay pues, en la dimensión integral del conocimiento, un “saber”[4] que va en relación a la estructura necesaria que sostiene la comunidad del conocimiento. Esto va en relación a la concepción del conocimiento como diálogo con los Otros, la confrontación y articulación de diversas perspectivas.

Transdisciplinaridad:

Una universidad de Investigación debe tener como eje trasversal la Transdiciplinaridad. Pero para ello, es necesario el desarrollo de la Multidisciplinaridad, en un primer momento; y la Interdisciplinaridad, en un segundo momento.  Estos conceptos apunta a un “salir” de la mera especialización, apertura que se debe dar en toda la formación para evitar la instrucción de la propia disciplina que se tiene. Además, se generan a partir del descubrimiento de temas que no se pueden abordar desde una sola disciplina, donde los límites de las ciencias se hacen cada vez más difusos y los temas más complejos.

¿Qué significa Transdisciplinaridad, Multidisciplinaridad y interdisciplinaridad? La Multidisciplinaridad se entiende como aborda un mismo tema desde diversas  perspectivas pero sin salir de la especialización de cada uno, para que alguien posteriormente haga la integración. Es lo que se hace en los Estudios Generales, por ejemplo. La interdisciplinaridad es la posibilidad que personas que cultivan distintas ciencias, interactúen entre sí alrededor de una temática, enriqueciendo su propio enfoque.  Y por último la Transdisciplinaridad es la creación de nuevos conocimientos a partir de la integración, superposición y comunicación mutua entre diversas disciplinas, borrando así sus fronteras y creando nuevas.  Un ejemplo es las ciencias cognitivas, que integran la filosofía, la psicología, la lingüística, etc.  Como se dijo, el paso se debe dar desde la multiplidisciplinaridad, hacían la transdisciplinaridad, pasando por la interdisciplinaridad. [5]

Las ideas para esta ruta hacia lo Transdisciplinario, lo saco del Plan de Coherencia para la REA 2012-2013[6]. De dicho plan también extraeré propuestas para los siguientes puntos. El tránsito se inicia, pues por la Multiplidisciplinaridad. Actualmente la PUCP ya tiene este modelo en sus Estudios Generales, aunque permanece una barrera entre las Letras y las Ciencias. Lo que se debe buscar es que haya más espacios de reflexión y toma de conciencia sobre lo que significa esta multidisciplinaridad. Por ello, debería haber más coloquios sobre los Estudios Generales, como los que se está organizando para este año. Espacios donde los estudiantes la internalicen. No solo debe ser centrado a los Generales de Letras sino al diálogo también con los Generales Ciencias. Vemos sobre el eje interdisciplinario. Este se puede promover con cursos de co-docencia, desde donde se presenta un tema visto desde dos o más perspectivas diferentes. Esto se hace con profesores  con formación disciplinaria distinta que dictan el mismo curso en el mismo horario.  También se puede hacer fomentando la creación de grupos de investigación conformados por profesionales de distintas especialidades. El último paso, se puede dar a partir de la enseñanza de cursos que contenga ese contenido transdisciplinario o la creación de carreras de este tipo,  como la carrera de humanidades (que ya existe en la PUCP) o la carrera de ciencias cognitivas. Además se debería discutir sobre la posibilidad de crear programas de doble especialización como el sistema aglosajón.  El debate es amplio pues supone una reforma que supone una adaptación de dicho modelo a la realidad nuestra. Lo discutiremos más afondo en el punto 3.

Siguiendo con estos tres ejes que suponen una salida de la disciplina, debemos promover canales de diálogos no solo entre las especialidades de nuestra universidad, sino con otras de diversas universidades del país. Debe crearse mecanismos para poder acceder a cursos que se dicten en estas, a crear grupos interdisciplinarios interuniversitarios. Incluso, se debe seguir implementando disciplinas a partir de la combinación de especializaciones que brinden diferentes universidades.  En ese sentido iniciativas como la especialidad de Ingeniería Biomédica[7]deben continuarse. Este punto también lo desarrollaré en parte 6.


Era de la información y innovación tecnológica :

El mundo actual se encuentra en lo que se denomina como la “Era de la Información y el conocimiento”. Ello se debe a que gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación se ha producido un flujo de la información como nunca antes se había visto. Además, las claves para el crecimiento económico se basan en la capacidad de los agentes para generar valor agregado a lo que se produce. Y esto se logra mediante la creación de nuevos productos. Las economía de más alto nivel en el mundo está ahí, no por extraer y exportar materias primas, sino por darle ese agregado.  Ante nuevos productos de competencia, ya no se bajan los precios, sino se presentan nuevos.  Es pues un tiempo de la diferencia, donde hay productos para todos los gustos. La clave está en la innovación.[8]

Más allá de los aspectos negativos que trae esta Era, algo es cierto, nos encontramos en ella y debemos de cierta manera adecuarnos a ella. Vivimos en un mundo globalizado y no podemos aislarnos. Ahí se ve la importancia de investigación e innovación para poder seguir el paso de nuestro tiempo. Claro que la producción de nuevos conocimientos no debe estar supeditada netamente a criterios económicos, pero si debe ser motor del desarrollo social, donde una de sus partes,  la económica es importante.

Actualmente, la PUCP busca ser una Universidad de Investigación. Cuenta con un Vicerrectorado que se especializa en dicho tema. La noción que se tiene es:

“La PUCP considera a la investigación como una dimensión esencial del quehacer universitario,  cuyos efectos no se agotan en el valor autosuficiente de producir conocimiento nuevo,  desarrollo tecnológico o innovación. La investigación de alto nivel  es también un factor decisivo para aumentar la calidad de la educación superior, para optimizar la formación profesional y para incrementar el desarrollo sostenible de la sociedad en su conjunto.”[9]

Las áreas que la PUCP considera prioritaria para la investigación son: [10]

  • 1. Ciencias de la tierra: agua (agotamiento de recursos hídricos), cambio climático, energías renovables, mantenimiento de la biodiversidad, prevención de desastres.
  • 2.Derechos y desarrollo humanos: pobreza, desarrollo humano sustentable, derechos humanos, inequidades étnicas, sociales y de género, tensiones entre  la diversidad étnico-cultural y la idea de nación, violencia familiar, desarrollos tecnológicos e innovaciones para combatir la pobreza.
  • 3. Democracia y gobernabilidad: relación entre democracia y gobernabilidad, democracia y política, papel del Estado, gobierno electrónico, medios de comunicación.
  • 4.  Educación, conocimiento y aprendizaje humanos: procesos de enseñanza / aprendizaje, el papel de la educación superior, la educación superior en el Perú, educación intercultural, gestión de la educación.
  • 5.   La conmemoración de las independencias hispanoamericanas:  antecedentes  y consecuencias hasta el presente.


Deberíamos fomentar el desarrollar nuevas tecnologías, que tengan en cuenta lo expresado en área 1 y 2, pero que apunten a mejorar la calidad de vida. Es obvio que tenemos que generar conocimiento al servicio de la sociedad, de su problemática real. Somos un país en vías de desarrollo que aún no cubierto todos los estándares básico en desarrollo. Nuestras innovaciones deben buscar combatir esas necesidad. Pero una forma de hacerlo es también produciendo tecnologías  e innovaciones que el mundo globalizado está demandando. Así podemos atraer más fuentes de inversión y generar valor agregado a los que producimos para incrementar nuestros recursos y poder reinvertirlos en el desarrollo del país. Por ello, debería ser prioridad de investigación e invertir en todo lo necesario para poder desarrollarlo (infraestructura, personal capacitado, etc). Pero esta discusión de las prioridades entre las Humanidades y las Tecnología responden a un ámbito mayor, que hemos esbozado un poco en la primera parte (Universalidad, Verdad, Conocimiento) pero que desarrollaremos más explícitamente en un punto a parte.

En pos de este principio, es interesante la idea que se tiene de establecer un campus de la PUCP en la playa Santa María, al sur de Lima. Este terreno es colindante con un terreno de propiedad de la Universidad Cayetano Heredia.  La visión que tiene el Vicerrector Académico, Efraín Gonzales,  es la creación de un Parque Tecnológico en este lugar, donde se fomente el desarrollo de nuevas tecnologías. Este espacio contaría con toda la implementación e infraestructura necesaria. Se busca convenios con empresas privadas para poder empezar el desarrollo de este proyecto.

Epistemología del Sur:

Otro eje trasversal importante que debemos promover en la investigación es la generación de modelos explicativos propios. Actualmente, los saberes que aprendemos en la universidad y con los cuales vamos a comprender la realidad, se basan en modelos generados en otras parte del mundo. Vemos por ejemplo en filosofía, sobre la fenomenología o la hermenéutica; en política, sobre el marxismo, Rawls o Habermas; en economía sobre el keynesianismo o el neoliberalismo. Todos son fundamentales para comprender nuestro mundo actual, pero se deja de lado una parte que es nuestra realidad propia. Incluso, cuando hablamos sobre nuestro país, lo interpretamos a partir de dicho moldes que se generaron a partir de otra problemática.  Entonces, no se puede entender la problemática en todas su dimensión. Hay siempre una dimensión que permanece no-reconocida.

Es por ello que se hace necesario crear modelos propios para poder entender nuestra realidad social particular. Modelos que no solo sirven para comprender sino también para actuar, pues permite entender que los problemas que suceden en el país son muchas veces generados por ese no-reconocimiento de nuestra complejidad particular. Así podremos crear políticas diseñadas de acuerdo a esta. Esto es lo que se llama una “Epistemología del sur[11]”, un concepto  que ha desarrollado Boaventuro de Souza y que recibe ese nombre debido a que los modelos explicativos de la realidad, y su correlato con el accionar político, provienen actualmente desde el Norte (Norte América y Europa). Esta Idea de crear modelos desde el sur para explicarse a sí mismo responde a que “no hay justicia social global sin justicia cognitiva global; o sea, sin justicia entre los conocimientos y sus portadores y productores”[12].

Incluso en un sentido más práctico, y como ejemplo,  ya hablando desde una reflexión propia sobre la Educación Superior,  podemos ver las consecuencias de esto en los Rankings de las Universidades. Así pues, vemos como en el “Encuentro de las Universidades Latinoamericanas antes los rankings”[13] vemos las deficiencias de los Modelos Universitarios Ideales que se usan para medir y comparar a las universidad del mundo, a través de los rankings. Estos modelo Ideal responde a un tipo de universidad, con distintas características a la universidad latinoamericana. Sin embargo, las comparaciones se usan para conseguir prestigio y para las políticas públicas. Así pues se habla de una injusticia con las universidades latinoamericanas y la necesidad de crear un modelo de universidad de esta región para una adecuada identificación y comparación de las mismas y la correspondiente política pública en ellas.


También viéndolo desde un sentido más práctica, generar modelos propios generaría un  mayor intereses desde un nivel internacional. Pensemos, si queremos insertarnos internacionalmente, ¿qué cosas podemos ofrecer al mundo? ¿Les ofrecemos algo que ellos mismos ya conocen? Se dice que las entidades internacionales se interesan en nuestro país por las riquezas naturales que tenemos. También por las diferentes culturas que cohabitan en nuestro territorio. Pero podemos ofrecerles modelos explicativos propios, desde un nivel reflexivo, académico, y no desde el horizonte pre-reflexivo que es propio de cada cultura, que no es peor ni mejor que el otro nivel, sino que es diferente. Es una suma, viéndolo desde este enfoque, es algo que puede ofrecer propiamente la universidad. 


[2] ESTUDIOS GENERALES LETRAS        Lecciones Inaugurales 2006-2011 “Los Estudios Generales y el sentido de la vida universitaria”- Salomón Lerner.
[4] Preferiría llamarlo “theorein” en tanto su sentido en griego, donde no hay una incisión entre la teoría y la práctica.
[5] Las nociones que se han visto en este párrafo y que se verán en el siguiente salen del escrito de Pablo Quintanilla, “La enseñanza transdisciplinaria en las Humanidades” - http://facultad.pucp.edu.pe/generales-letras/publicaciones-tipo/que-es-una-universidad/?ver=publicacion&id=1242
[8] OPPENHEIMER, Andrés                   ¡Basta de historias! La obsesión latinoamericana con el pasado y las 12 claves del futuro
[12] De Sousa, Boaventura    Una epistemología del sur

miércoles, 11 de julio de 2012

Visión de Universidad 1: Universalidad, Verdad, conocimiento

“Somos tradición y modernidad, somos católicos y plurales, principistas y tolerantes, muy peruanos y abiertos al mundo. Queremos internacionalizarnos pero desde nuestras propias raíces. Queremos brindar saberes universales pero atendiendo a nuestra propia particularidad. Queremos formar ciudadanos del mundo y ciudadanos bien peruanos. Queremos mirar el mundo pero también mirar críticamente nuestras dramáticas desigualdades y nuestra enriquecedora diversidad”[1]

Se habla de la Universidad como un espacio que produce nuevos conocimientos y entregada a la búsqueda de la Verdad. Como lo dice la frase citada: búsqueda de saberes universales. Pero, ¿es posible esta definición de Universidad en nuestra época? Nuestra época está marcada por la coexistencia de múltiples discursos y el reconocimiento de que ninguno puede alzarse y proclamarse como hegemónico. ¿Tiene sentido seguir buscar esta universalidad y la verdad? O ¿Seria la búsqueda de un discurso que se impone sobre los otros, suprimiendo la diferencia y la libertad?



Lo que se trata aquí es de reflexionar acerca de la naturaleza misma de la universidad en su propia definición como espacio de transmisión y producción de conocimientos. ¿Qué tipo de conocimientos? Una universidad tiene la misión transmisión de saberes o el desarrollo de capacidades para un adecuado desenvolvimiento de las personas en sociedad, sumándose un compromiso con la producción de conocimientos para el desarrollo de la comunidad. ¿A qué responden estos conocimientos: a un criterio de necesidades del mercado o una noción más amplia que podríamos llamar de “desarrollo humano” o “desarrollo socia"l? Si es la primera opción, los conocimientos son totalmente contingentes y depende de las demandas o “necesidades” del mercado.  Si hablamos sobre nociones de desarrollo, la pregunta es si debemos basarnos netamente en criterios propios de cada comunidad (con lo cual volveríamos a la idea de la contingencia) o si hay ciertas nociones comunes a todo lo humano. ¿Es posible que las haya? ¿Por qué usarlas?



De acuerdo a la posibilidad de la universalidad, yace el reto de la creación de un nuevo concepto de Verdad, que tenga en cuenta las reflexiones que la contemporaneidad ha realizado. En ese sentido, podríamos hablar de una Verdad definida como  un nuevo sentido de una magnitud tal que puede verse como un “Acontecimiento” o “excepción” en la sociedad y que su magnitud puede declararse como si fuera universal (pues es algo que puede afectarnos a todos los hombres en tantos humanos). Esta excepción se da cuando la estructura que sostenía la comunidad (de saberes, de personas, de ideales), dadora de sentido, pierde su capacidad para "encerrar" todo aquello que contiene. Así el Acontecimiento irrumpe la estructura, pues presenta algo que no estaba presente en la Estructura de Sentido y que es de tal fuerza que puede romperla  (fracturando así todo nuestro antiguo "orden" de creencias, de saberes, de organización social). Así pues ante este concepto de Verdad, la Universidad tiene varias tareas:  la de formular “situaciones acontecimientales” (donde la Estructura de la Situación está al borde Vacío o pierde sentido por no reconocer todas las fuerzas que están en dicha Situación) a partir de la crítica a la sociedad; la de generar Acontecimientos-Verdad, a partir de creaciones científicas, artísticas o políticas que produzcan una ruptura con la unidad de sentido ya establecida, que sea la expresión de sentires no reconocidos o no contemplados por la estructura vigente y que generen una nuevo sentido, con la fuerza propia del Acontecimiento, a partir del cual se reordenan las estructuras y saberes anteriormente existentes;  y la de comprender y formular nuevas posibilidades de vivir a partir de la aparición de una Verdad. Es, pues, el espacio de la creación continúa de nuevas posibilidades.[2]

La formulación esbozada, el concepto de Verdad, aunque algo compleja, surge a partir de las necesidades de nuestro tiempo: “Nuestro mundo, ustedes lo saben, está marcado por su velocidad: la velocidad del cambio histórico, la velocidad del cambio técnico, la velocidad de las comunicaciones, de la transmisiones e, incluso, la velocidad con la cual los seres humanos establecemos conexiones entre nosotros. Esta velocidad se expone al peligro de una enorme incoherencia. Las cosas, imágenes y relaciones circulan muy rápido, de manera que no tenemos tiempo si quiera para calibrar la extensión de todo aquello que es incoherente. La velocidad es la máscara de la inconsistencia.”[3] Se debe establecer un proceso de ralentización que permita establecer un punto fijo, una verdad, que no sea una forma de huir de este proceso, sino de la posibilidad de reflexionar sobre el mismo. Si la totalidad de conocimiento que se produce entra dentro de la categoría de “información” igual a las otras ya circulantes, no se entiende cómo es posible este “salir-para-reflexionar” de este proceso. Este punto fijo se logra a través de lo establecido para la Universidad. Así, esta se convierte en un espacio de “revuelta”,  de constante creación, ante un mundo que ya se proclama libre y acabado; de lógica o unidad de sentido, ante el régimen actual de imágenes desconectadas, aglomeradas;  de universalidad ante la proclamación de un mundo especializado y fragmentario; de riesgo o aventurarnos a lo aún no dado.

Esta noción de Verdad como productora de nuevos sentidos responde al concepto de conocimiento que  tiene y que expresa de manera muy adecuada Salomón Lerner:

“El conocimiento que la Universidad debe propiciar lleva consigo la difícil tarea de ser a la vez universal y situado. Universal, debido a la orientación hacia la trascendencia que la búsqueda de la verdad implica; y situado, porque partiendo de las demandas concretas de la vida social debe responder a ellas. Pese a lo que suele pensarse, el conocimiento no consiste en la mera acumulación de datos objetivos; él es, por el contrario, la concreción de una facultad y la respuesta a una exigencia esencialmente humanas.  Es el modo a través del cual los hombres y mujeres logran preservar su propia condición; es un conato; una expresión de aquella fuerza presente en todo ser vivo impulsa a luchar por su supervivencia y a optimizar permanentemente e incansablemente su adecuación al entorno. Tal exigencia surge como la necesidad de dar sentido a nuestra realidad- la cual es esencialmente social, comunitaria-, pues de ella procede y a ella debe volver”.[4]



La Universidad tiene la difícil tarea, en tanto espacio de crítica, reflexión y producción de saberes de la sociedad, que ya hemos esbozado más arriba. Esta tarea es nunca acabada, pues el reconocimiento de un Acontecimiento o excepción en mundo donde hay “cuerpos” y lenguajes, es una apuesta, una lucha constante para que se reconozca como Verdad, pronunciada para la Eternidad. Es, pues, la búsqueda incesante de nuevos sentidos  para la sociedad; del reconocimiento de que esa transformación de horizontes es posible; de que es posible hablar de lo humano en tanto tal, desde algo que nos vincula a todos, en el presente y a lo largo de la historia, en nuestra comprensión y desarrollo de nuestro-estar-en-el-mundo, condición común a todos los hombres.



[1] ESTUDIOS GENERALES LETRAS        Lecciones Inaugurales 2006-2011
[2] Los conceptos son de Alain Badiou y su noción de verdad y acontecimiento.
BADIOU, Alain      La Filosofía, otra vez.
[3] BADIOU, Alain    La Filosofía, otra vez. Pág. 61

[4] ESTUDIOS GENERALES LETRAS        Lecciones Inaugurales 2006-2011 pág.28 “Los Estudios Generales y el sentido de la vida universitaria”- Salomón Lerner.

martes, 10 de julio de 2012

Pachacutec y Yamqui Yupanqui o sobre la Verdad del pensamiento peruano

La tradición: sitio de los sentidos del presente junto al cuerpo. La tradición: principio unificador de una comunidad. Lo que fue da unidad de significación a lo que es. Lo uno no es unitario, significa la totalidad de lo múltiple presente. Totalidad que suena a ilusión de unidad, más es nunca acabada: Sentidos que surgen y reconstruyen el polvo, lo recordado y lo olvidado en constante danza, lo ignorado se hace más no-presente.

Lo Peruano: occidental y andino, en su mayoría. Más occidental que andino, propiamente. Lo andino, es lo que hay que contemplar desde su pasado, como un objeto para el deleite. Hoy vivimos en el mundo, la nación cada vez se hace más difusa. Pero estamos situados, nuestra comunidad tiene una territorialidad. Somos comunidad, imaginada, fracturada en realidad: comunidad de cuerpos. Y el cuerpo sin alimento no es. La fuente de nuestra vida encuentra su ser en el territorio. A partir de este, de la producción, del trabajo sobre él, se construye el sentido social.

Lo peruano tiene un gran reto para ser Perú, territorio y sentido: El reconocimiento y el dialogo de lo multiple-cultural. Debe construir estructuras sociales y de sentido que permitan la convivencia sin suprimir la diferencia. Abajo la Hegemonía de lo Uno, arriba la Emancipación de lo Múltiple. Debe encontrarse un principio que permita lo común: La Verdad. Lo común será el hombre arrojado en el mundo, el hombre en su condición de estar-en-el-territorio, un territorio particular, para la construcción de una comunidad. La Verdad es múltiple, es singular, pero conecta al hombre con lo eterno, el hombre en tanto hombre.



Tenemos que repensar la Política en el Perú. Actualmente se piensa desde el Estado. Su principio de lo común es el Derecho. Piensa al hombre desde lo abstracto, desde lo formal, jamás es una Verdad. La Verdad yace en la singularidad. El Estado y su Derecho es una representación, la Política debe ser desde la presentación, lo múltiple en tanto múltiple. Desde ahí debe darse lo accionar de lo social, es ahí donde debe construirse lo político. El Estado es un segundo momento, la construcción de sentido a partir de lo múltiple, que siempre es lo otro de lo Otro. La Política, acorde a la Verdad, debe ser el reconocimiento de lo singular.

Así pues la política en el Perú debe ser el reto de entrar en dialogo de lo múltiple, y partir de un reconocimiento de esta multiplicidad. Debe serse fiel a la Verdad. Debe reconocerse lo no reconocido, en este caso lo Andino. En la actualidad hay muy poco de lo andino, aunque en realidad, dejo de ser reconocido, por un supuesto dialogo con sabor a hegemonía, de lo occidental. Debemos recurrir entonces a la tradición, no solo como Historia que narra un pasado común, sino como la respuesta de los hombres ante los retos de su territorialidad, la construcción de sentido a partir de esta: un Acontecimiento.

Un Acontecimiento es Pachacutec. Debemos ser fiel a ello, para construir en un nuevo sentido ante la ruptura del anterior, ante la "ausencia del Estado", que nos lleva a la situación de crisis, de violencia, de conflictividad de nuestro presente. Pachacutec no es solo historia, es singularidad para la Eternidad. Es lo que responde ante los inmensos retos del Coloso llamado el Ande y ante el sentir de grandeza, que no se ve expresado en una organización anterior. Esa respuesta debemos hacerla presente y re-presentarla, pues es parte de nuestra ser, de nuestra condición de comunidad que responde ante su territorio, pero que actualmente no es reconocida por el Sentido. Se debe ser Yamqui Yupanqui: Un desconocido por la mayoria de las crónicas, solo uno se atreve a pronunciar su nombre. Él es el Yanapac de Pachacutec. Es la afirmación de la dualidad andina, no puede haber uno sin el otro. Así pues no puede haber Pachacutec, acontecimiento, sino sujeto fiel a este, Yamqui Yupanqui. Así se reconoce la dualidad, la cosmovisión andina: Un sentido propio que piensa lo múltiple siempre en relación y no como unidades absolutas, la Pacha es esa relación en tanto relación. Piensa la armonía con la naturaleza y que el principio del hombre es su ser en sociedad, no hay separación del conocimiento de lo práctico; eso se expresa en la Chakana.

Así pues la filosofía en el Perú debe reconocer el Pachacutec y su cosmovisión. Así solamente podra cumplir su misión de organizadora de sentido, el nuevo sentido, desde los acontecimientos que se dan en otros campos. Pero no solo el acontecimiento-Pachacutec sino otros acontecimientos en nuestro territorio. Personalmente, hay dos que me maravillan y a los cuales me siento vinculado. El Pachacutec o la cosmovisión de los Incas y el pensar de los Mochicas y su posterior desarrollo en los Chimu. Son dos respuestas a diferentes partes de nuestro territorio, dos culturas que marcan hoy lo que somos y que muchas veces no son reconocidas por el sentido hegemonía de lo occidental que hoy organiza nuestro país. Así pues, escribiré sobre la lucha entre el condor, el puma y la serpiente,simbolos de lo Inca, con las divinidades Mochicas, a lo que se suma el toro y el águila, que simbolizan lo español y lo occidental.