domingo, 27 de noviembre de 2011

Un retorno después del giro sin volver al pasado.

Heiddeger habla de que el nihilismo "negativo" en que vivimos actualmente se debe a una consecuencia de la voluntad de dominar del hombre mismo. Ese hombre olvida al Ser para ir tras el dominio de lo ente. La modernidad fue la expresión máxima de esto cuando pronuncia que el mundo es Objeto, de un Sujeto que conoce. Así este Sujeto se vuelve Fundamento de los Objetos. Pero, por eso mismo, el Sujeto, no encuentra Fundamento para sí. Las consecuencias de esto, es que el Sujeto entra en el nihilismo, al no encontrar un fundamento para su existir y "depreda" todo el mundo, creyéndose amo de este.

Este filósofo plantea esto porque dice que el hombre olvidó la Diferencia Ontológica, donde el Ser es distinto al Ente y que el Sujeto no puede conocer ni aprehender, porque solo puede conocer lo óntico. Así no se agota el sentido del mundo, no puede ser completamente dominado por el hombre y además encuentra un fundamento para sí mismo.

Neiz postula que Ser y Ente son lo mismo, la Nada. Entonces hay una Igualdad Ontológica. (post sobre esto). ¿Cómo evitar las consecuencias del olvido del Ser? ¿Cómo cambiar la historia del hombre sin errar tal cómo lo hizo Heidegger?

Se parte de un reflexión sobre el Sujeto que conoce. Se teoriza sobre el Fenómeno, quedándonos aún en el binomio Sujeto-Objeto. Se descubre una vía segura para el conocimiento, que se basa en los a priori.Estos será la posibilidad de certeza de toda ciencia. La ciencia descubre que los a priori del Sujeto, Espacio-Tiempo son el fundamento del Mundo y que son el Mundo. Pero en cuanto tales, son la Nada. (sobre esto). Aquí el Retorno.

Descubre así el Sujeto, a ver que los Objetos son Nada (No-thing),el mismo ya no es Sujeto, por dos razones: Porque solo hay Sujeto en relación a un Objeto, sin objetos no hay Sujeto y en segundo lugar, principalmente, porque lo que lo hace Sujeto, el Espacio y Tiempo, son Nada, entonces el también lo es. Ahora Sujeto y Mundo son iguales, Neiz. El Sujeto es parte del Mundo, es el Mundo. Ya no existe el binomio, la Nada es la fuente de la igualdad.

Como el Sujeto es el Mundo, empieza a preguntarse sobre si. Descubre que su conciencia y cuerpo es finito de cierta manera (en su estado actual, como hombre) y que hay otra parte que no termina ahí sino que tiene un pasado mucho mayor y un futuro abierto. Esto lo hace por medio de la ciencia.

¿Y qué consecuencias nos trae esto? Primero, que como el Sujeto es el Mundo, ya no solo siente distinto así, que lo puede dominar como amo, sino que lo debe tratar de la mejor manera porque se trata de sí mismo. En segundo lugar, su vida como humano es solo una parte, hay mucho más allá de si mismo como tal, su sentido no se agota con él en cuanto hombre. Además, su racionalizada, su forma de conocer, no puede captar el Ser pero no entenderlo ni comprenderlo, pues es contradictorio para una mente que funciona por el principio de no-contradicción: Tan solo se puede acercar a este, sin nunca comprenderlo del todo. Así no se limita ni agota el sentido del Fundamento, ni puede ser domina por el hombre. Esto es el retorno sin volver al pasado.


martes, 1 de noviembre de 2011

La condena tan deseada.

Durante toda la historia, los hombres han luchado por ella. Miles de ellos han muerto en su nombre. Con las espadas de su voluntad trataron de oponerse al látigo. Las usaron para demostrar que nadie los subyuga, que son dueños de su voluntad, dueños de sí mismo. La existencia de la humanidad esta escrita al rededor de ella, exclamando que es el bien más preciado que uno puede tener.

Tantas luchas, tantas reflexiones se han producido. Una más se hace para honrar su nombre. Aquí, sentado bajo un hermoso cielo oscuro, el feliz condenado exclama a los vientos: Libertad, condena y el camino hacia la felicidad. ¿Paradoja?

El feliz condenado se auto proclama como libre, su propio nombre lo enuncia. ¿Es que acaso encontrar la respuesta a una de las mayores interrogantes? ¿Qué dicha le concedieron los dioses a este hombre? Dichoso!

Dime, hombre, ¿Cuál es el secreto? Dilo rápido, que 12000 años de conciencia no pueden seguir esperando más. De sus labios salio la siguiente proclamación:

"Si tenemos alma, no puedo responder, no sé como puede ser posible que interactúen dos seres de tan distinta naturaleza: Lo material y lo espiritual no puede tener comunicación por definición. No conozco la fórmula de un alma libre en un mundo material. Y estoy seguro que no la tendré jamás.

¿Pero porqué tanto problema? ¿Es que acaso hace ya mucho tiempo no fue un hombre en sufrimiento quién exclamo "Muerte no entres en mí hogar, hágase una vida inmortal" postulando así la existencia fantasmagórica? ¿O quizás no fue un ambicioso rey en los albores de la civilización quien pensó que su poder se limitaba si es que se subyugaba a la ley de la tierra, de la luna y por eso dijo que la libertad del hombre estaba en el más allá de la tierra?

¿Secreto? No, no es ningún secreto. La respuesta estaba en nosotros pero no hubo profeta que la pudiera ver. ¿Qué somos? Cuerpo e historia, genes y aprendizaje social. Eso es el hombre, nada más y suficiente con ello.

¿Quién no goza de cadena ni látigo? El que no se encuentre dominado por un amo exterior a sí mismo. No cargar cadenas, significa poder decidir por uno mismo. Eso, amigos míos, es Libertad.

¿Y si decido por mi mismo? Significa que decido por mi cuerpo o genes y por lo aprendido. ¿Puedo decidir de otra manera? No, porque solo eso soy. Entonces, soy libre, porque solo puedo decidir así y es la única forma en que lo hago.

Ahí esta la respuesta tan esperada"

Aveces, las preguntas más complejas, se responden de manera simple.

Y¿ qué pasa cuando tengo un impulso del cuerpo y mi razón trata de detenerlo, pero al final este impulso manda sobre mí? Pues, sigues decidiendo por ti mismo. En uno mismo, hay conflicto de intereses, así es la vida, contradicción en búsqueda de armonía.

Hombre eres libre, estas condenado ha serlo. Sartre, maestro, hoy pronuncio tus enseñanzas: Debemos decidir a cada instante, debemos construir nuestro ser siempre y adquirir la responsabilidad por ello. Es la condena del nuevo Atlas, el hombre: Ya no debe cargar el mundo sino a sí mismo.