domingo, 28 de septiembre de 2014

Desarrollo como Justicia Social: Parte Dos- El fin no es la Libertad y los individuos sino la Justicia y la Humanidad

Ya en la anterior sección de este escrito (aquí) había señalado algunas limitaciones que podía presentar el enfoque de Capacidades como Desarrollo Humano. La idea de esta sección es aportar de cierta formar con propuestas que podrían enriquecer dicho enfoque.

El centro del enfoque de Capacidades es la persona (en contraposición a los otros enfoques de desarrollo, donde si bien se decía que el centro era la persona, en la práctica se concentraba en el crecimiento económica (enfoque neoliberal) o en la relación de las estructuras (enfoque de dependencia)). Se plantea centrarse en lo que las personas son capaces de ser o hacer. El último entonces será la realización de los individuos y que para ello es necesario que todos tengan plenas libertades para realizar el estilo de vida que consideran valioso y tienen razones para valorar (en ello se basa la agencia)

Se vio pues que quedarnos solo en este fin, podría derivar en sociedades donde prima por elección de los individuos mismos el individualismo y hay poca interacción entre los individuos (pese a que la organización política y la institucionalidad normativa permiten que todos los individuos tengan plenas libertades y situaciones de bienestar). ¿Es a este tipo de sociedad a donde debemos apuntar?

Algunos dirían pues que si eso es lo que deseamos como seres humanos, en pleno ejercicio de nuestra libertad, pues esta bien que sea así. Además señalaran que no tenemos mayor autoridad que uno mismo para señalar como debería ser la vida de cada uno.Ahora bien, el mismo enfoque de Capacidades, desde los planteamos de Nussbaum principalmente, señala que hay formas de vivir que son propiamente humanas y otras formas que no lo son. Así plantea que hay ciertas condiciones mínimas, ciertas libertades (en sentido del poder actuar realmente) que son necesarias y universales para esa vida propiamente humana. Si bien como el tipo de sociedad que hemos planteado es compatible con esas condiciones mínimas, se ha permitido el planteamiento de condiciones universales para todo lo humano más allá de las culturas particulares de cada sociedad. 

¿No sería posible un planteamiento universal en el hombre que señale una relación con lo social más allá de la relación de esta con el individuo (me refiero más allá de las necesidades que se tiene con la sociedad para poder uno desarrollarse)? Creo que podemos recurrir a la idea kantiana del hombre como fin en sí mismo (aunque con la promesa de otra fundamentación, distinta al hecho de ser-racional). Si el hombre es un fin en sí mismo, la relaciones entre hombres se ven marcados por el deber de actuar según dicha condición (independiente de nuestros intereses particulares, afectos o beneficios recíprocos). Ya no se trata solamente de nuestra plena realización sino el cumplimiento de nuestro deber (para realizarnos también tenemos que cumplir con dicho deber, pero no cumplimos con el deber con el fin de realizarnos, sino por el deber en sí). Y este deber señala para lo humano, no solo el respeto de los hombres como fin en sí mismos, sino que supone justamente por ello dos mandatos:

1. Nuestro propio perfeccionamiento (para cumplir con el deber con nosotros mismo)
2. Contribuir con la realización de los demás (para poder cumplir con su deber, que también es nuestro deber porque es universal para todos. Pero el perfeccionamiento de cada uno, debe recaer en uno mismo, sino no estaría actuando como fin en si mismo, haciendo eso de su propia autonomía sino dependería de lo externo). 

Es decir, que con la ley universal de la moral, el deber, que debe estar presente en todos los hombres, se plantea que no solo se debe respetar a los demás, sino se debe procurar por su realización. Así ya hay una relación con lo social basada en el compromiso y preocupación (junta con los otros tipos de relaciones con lo social que pueden ser de beneficio mutuo, etc.) de carácter necesario. Así nos damos cuenta de que somos seres sociales, no solo por la necesidad para desarrollarnos (lo social como instrumento para el desarrollo individual) sino que en nuestros hay una ley que nos lleva hacia los otros, una ley que nos trasciende.  En ella se generan fines más allá de lo individual, apuntando a lo colectivo (el pensamiento del otro, no es solo un otro concreto, sino de todos los otros). Y a partir de ella, se debe fortalece y enriquecer la idea de lo colectivo, no reducibles a los individuos (por ejemplo las ideas de la cultura, no es reducible a los individuos particulares o la responsabilidad social.

Lo que se busca con esto parte es la fundamentación de la necesidad de la relación social no reducible al interes particular (pese a que puede enriquecerse con este tipo de relaciones), dado que sin esta es completamente válido dentro del enfoque de Desarrollo el tipo de sociedad descrita más arriba. De lo que se trata pues es de plantear un enfoque que incorporé esta dimensión no reducible de lo colectiva (preocupación por la cultura, la calidad de las relaciones sociales y la organización social, la vida según las Ideas (desarrollaré esto más adelante), la responsabilidad sociales): Una sociedad debe apuntar no solo ampliar las libertades de los individuos sino ampliar su capacidad para actuar colectiva, produciendo nuevas formas que impactan y enriquen positivamente la vida de los individuos pero no se reducen a ellas. Es decir, su fin no son los individuos particulares, sino la humanidad en su conjunto. Es entre la búsqueda de la ampliación de las libertades para los individuos y la acción colectiva que se puede hablar de capacidades colectivas (algunas instrumentales para las libertades individuales, otras que las trasciendes). No hay Desarrollo sin lo colectivo, sin las relaciones entre individuos que los trascienden. Por eso, el fin del Desarrollo no es la Libertad y los individuos sino la Justicia y la humanidad en su conjunto (con ello, vemos que hablar de desarrollo supone pensarnos como colectividad mundial, más allá de las divisiones territoriales o de Estados. No puede haber Desarrollo sin el compromiso con la humanidad en su conjunto, que no se reduce a los individuos que la componen) 


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