jueves, 19 de marzo de 2015

La vida como un milagro

"Hay dos maneras de vivir tu vida: una como si nada fuese un milagro, la otra es como si todo fuese un milagro"- Albert Einstein

Muchas veces nos frustramos porque las cosas no salen como nosotros quisiéramos. Por nuestra naturaleza, nos planteamos objetivos y buscamos cumplirlos. Y si no llegamos a ello, nos frustramos, desesperamos. Muchas veces valoramos lo que hacemos en un momento de nuestra vida en función al objetivo que tenemos, dejando de lado el mismo proceso o la experiencia que vivimos en ese momento. Creo que si también empezáramos a valorar más esa parte la forma como entenderíamos la misma vida sería diferente.

Por ejemplo, en torno a la relación con otras personas. Uno puede esperar que una persona haga algo por uno, o reaccione de tal manera ante algo que uno ha hecho. Pero no siempre va a ser así, es más en la gran mayoría de casos no es así. Pero si empezamos a mirar más las cosas desde otro angula se torna distinto: Si quizás la otra persona no ha hecho lo que uno espera, pero ha hecho otras cosas que pueden ser importantes y que por esperar algo determinado dejamos de "ver" o las menospreciamos. Pequeños gestos o acciones que pueden ser de un gran valor. O si quizás eso no sucede, también podemos valorar la experiencia que aprendimos o las emociones que sentimos en ese momento. De lo que se trata es de darle un valor a los momentos mismos, más allá de la función que cumplen respecto a nuestros propios objetivos. Lo que resulta más interesante de ello es que esos momentos que muchas veces dejamos de lado por no alinearse con nuestros objetivos, justamente por ello pueden sorprendernos pues no los esperamos.


Así la vida cobra otro tipo de sentido, como si todo fuera un milagro, algo inesperado donde incluso lo esperado llega de manera que sorprende. Es nuestra condición humana, nuestro dominio sobre nuestra propia vida en realidad es bastante limitado, no solo dependemos de los demás sino también nuestra voluntad se delimitada por las condiciones del mismo mundo. Claro que podemos de alguna manera aportar en la construcción de nuestro propio destino, pero no podemos olvidar que gran parte de este lo determina el propio mundo de una manera incierta. Tenemos que abrazar dicha realidad de una manera distinta: Por ahí leí que la vida depende de 20% lo que uno hace y 80% de como un toma las cosas. Entonces, tenemos que cambiar nuestras prácticas: Ejercitar nuestra capacidad de asombrarnos, de valorar lo pequeño, de siempre estar abierto y ser capaces de adaptarnos. La vida como un milagro trata de entender que lo que sentimos como ordinario en realidad es extraordinario. Solo que paramos olvidándolo por nuestras propias preocupaciones.

Cabe aclarar que lo inesperado, lo que puede sorprendernos puede no ser producto de una inteligencia superior.A lo que voy con esto, es que no debemos pensar que aquello que nos sucede tiene una razón de ser determinada (osea ha sido dado con una finalidad u objetivo y que muchas veces como es algo fuera de nuestro control, dicha finalidad es dada por un ser superior). Ello aunque puede ser un consuelo muy fuerte puede llevarnos a no aceptar los mismos momentos y escapar de la realidad misma. La frase "Si esto paso por algo será" habla de una finalidad mayor, una razón más allá. El peligro de ello es: 1. Le damos una posible explicación que nunca podremos comprobar ni compartir justamente con otros porque al no haber una forma de comprobarlo puede haber explicaciones contradictorios donde no haya puntos compartidos. 2. Nos lleva a la frustración si la explicación no se cumple en otros casos. 3. Nos lleva a minimizar la magnitud de los hechos porque estos se consideran ahora en función a algo mayor y no a sí mismos. De lo que se trata es de aceptar que muchas cosas que suceden son el fruto de actos y acciones que no tienen una finalidad necesariamente, pero que nosotros debemos ser capaces de darle un valor propio y extraer desde dichos momentos elementos que puedan llevarnos a constituir nuevos sentidos para nuestra propia vida. Lo inesperado no necesariamente es algo con una finalidad pero nosotros podemos tomarlo desde un diferente angulo pero nunca perdiendo de vista que somos nosotros los que constituimos el sentido de ello.

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