domingo, 26 de mayo de 2013

Ser, Verdad y Tiempo- Reflexiones libres 1

Reflexión sobre el Ser:

1. ¿Es posible una reflexión sistemática sobre el Ser?
Toda reflexión sobre el Ser se hace desde la perspectiva del hombre. Es decir, todo discursos, por más amplio y sistemático que sea, se ve determinado por las propias condiciones del conocer y el pensar del hombre y las de su propia existencia. Pero a la vez, el discurso sobre el Ser busca ir más allá del propio hombre, es la pregunta por las condiciones que hacen que las cosas sean. Por lo tanto, es sobre algo que condiciona al propio hombre y por lo tanto "anterior" al mismo o mejor dicho, independiente de este. Es la pregunta por el Absoluto, lo que es independiente del sujeto que pregunta.

Esto supone partir de la contingencia del sujeto; contingencia necesaria pues fija los límites del sujeto en tanto ser que conoce condicionadamente . Si fuera necesario (con lo cual el sujeto sería Ser de sí mismo), sería absoluto y conocería todo: Esto no sucede. Por lo tanto, desde la perspectiva del sujetos que conocemos, descubrimos nuestros propios límites y postulamos la existencia de un mundo distinto al nuestro (las Cosas en sí) y que es una idea reguladora. Podemos pensar en la Cosa en sí (pues no hay conocimiento de esta) y adquiere necesidad epistémica para la propia determinación del sujeto y la coherencia de su conocimiento.

Por lo tanto, la Ontología será sobre las Cosas en sí. ¿Es posible como ciencia? Pareciera, que con Kant, no sería posible, pues el conocimiento es solo sobre el fenómeno y el conocimiento es sinónimo de ciencia. Pero sería una versión muy acotada de ciencia, que solo tendría referencia a las condiciones formales (priori) del conocer y por lo tanto de todos los objetos para el sujeto y sin referencia a los contenidos singulares de los mismos. Es decir, gracias a lo a priori podemos decir que todo objeto se estructura y presenta según esas formas y nada más ellas. Pero lo que los diferencia va más allá de la común a los mismos e incluso más allá de las relaciones entre ellos (determinados también por las condiciones a priori). Justamente, la ciencia busca explicar estas diferencias (que parten de las condiciones de nuestra conocer, pero no se agotan en este), por lo tanto, va más allá de lo fenoménico.  Sin embargo lo va a hacer desde la perspectiva del conocimiento humano. Es decir, desde nuestras formas propias del conocer.

Por lo tanto, siempre va a ver algo "inexplicable" (no derivables) desde estas formas pero que "postulamos" y cuya verdad o falsedad descubrimos a partir del contraste de nuestras proposiciones y acciones con el mundo en sí. (Es decir, si bien nuestro conocimiento es representación, es representación de algo (el en sí), con sus propias leyes o condiciones, a las cuales, si bien no las percibimos en sí mismas sino solo a través de la percepción, "chocamos" con ellas si nuestras representaciones no responden adecuadamente a estas condiciones del en sí.). Por esa condición inexplicable, Schopenhauer llamará al en sí Voluntad y siguiendo a Quentin Meillassoux llamaremos el principio de Factualidad. Más adelante, descubriremos que no es solo un postulado epistémico (o respecto a nuestro conocer) sino que también será ontológico ( o respecto a las cosas mismas).

Así vemos de que si es posible hablar de una ciencia de lo Absoluto siempre y cuando se haga desde el reconocimiento de nuestros propios límites, que permite fijar la certeza (que es el fin de la ciencia). Aquí hay un triple enlace: La certeza se adquiere primero en la conexión (gracias a las condiciones a priori) entre los conceptos que nos permiten pensar los objetos y los objetos mismos. Pero esta primera conexión se da a nivel fenoménico. Hay una segunda conexión entre los fenómenos como representación y el mundo en sí: Como ya señalamos, si el fenómeno en tanto representación (y no tanto proposiciones) sensible no guarda relación con el mundo en sí no podríamos vivir. Esta adecuación de la representación se da gracias a la evolución a la medida de que la mente humana se complejiza.(Obviamente, todo lo dicho se hace desde la perspectiva del fenómeno, pero busca escaparse de sí para poder explicarlo) Por ello, podríamos hablar que una ciencia de lo Absoluto lo hace desde este doble enlace. Incluso, al introducir la evolución del sujeto y su percepción reconocemos a este también como un objeto, parte del mundo y que por lo tanto, tiene un correlato en sí y que postulamos con las mismas leyes (a pesar de que no las conocemos directamente) que todas las otras Cosas en sí. Por lo tanto, no habría una diferencia entre sujeto y objeto propiamente sino la relación entre dos objetividades en su estar-en-el-mundo.


2.¿A que nos referimos con "Ser"?
Muchas veces se define el Ser como aquello que es lo común a todo lo que es. Se podría entender esto como las cualidades gracias a las cuales las cosas son y que sin ellas no serían. De por sí, esto trae un problema respecto al conocimiento de estas cualidades: Tendríamos que conocer todo lo que existen. para poder ver estas condiciones. Además, hablar de lo común supone olvidar lo no-común, lo diferente. Las cosas tienen características singulares.
La ciencia busca explicar dicha diferencia a partir de leyes (principios comunes), que pareciera acercarnos de nuevo a eso común. Sin embargo vemos, que a diferentes niveles, surgen en el universos cualidades que no pueden explicarse a partir de los niveles que lo componen. Esto se conoce como el fenómeno de la Emergencia. Se pronuncia contra el reduccionismo o esa búsqueda de principios comunes. Pero, pareciera que esto fuera a nivel epistémico, porque podríamos describir esos principios emergentes como "potencialidades" de las mismas partículas o cuerpos individuales que componen al objeto con propiedades emergentes, que "actualizan" dichas potencialidades al entrar en contacto con otros determinados cuerpos.
Ahora, como vimos en el punto 1, como es discurso del Ser, hablar solo de lo común sería olvidar la diferencia. ¿Acaso lo singular no-es?

3.Una definición del Ser como Multiplicidad Vacía. 
Si queremos establecer una ciencia sobre aquello lo que es, debe ser lo suficientemente poderosa para poder describir lo que es común a todo lo que es pero también lo que es diferente entre lo que es. Pareciera que definiríamos la ontología como la ciencia que describe y explica todo lo que es. Por lo tanto, necesitamos una ciencia de lo indeterminado (ya que la determinación son características singulares y que suponen, por su misma naturaleza, exclusión de otras características, que también son. Incluso a nivel de lo común (punto 2) se excluiría a lo diferente). Por ello, creo que, siguiendo a Badiou, la matemática en su vertiente de la teoría de Conjuntos permite esta difícil tarea: Postula hablar del Ser como el Vacío, el Conjunto Vacío. ¿Que significa esto?

3.1 Veamos el problema que soluciona: Sobre lo Uno. ¿Qué entendemos por lo Uno? Si lo Uno es la totalidad de lo que es entonces es un nombre más que Algo en sí mismo. Lo Uno no es, solo lo múltiple que compone la totalidad. Esto, porque si lo Uno es, tendría que contenerse a sí mismo en dicha totalidad ya que es la totalidad de lo que es. Pero si se contiene a sí mismo, lo Uno es junto a lo múltiple y finalmente sería múltiple ya que lo que es son varias cosas (Incluso podría decirse, que hay una duplicación de las cosas y por lo tanto, más multiplicidad). Ahora si solo lo Uno Es, lo múltiple no es. Habría la simplicidad absoluta (al estilo el Ser parmedeano) y no podríamos explicar la multiplicidad que percibimos ( Pármenides dirá que lo múltiple es ilusión, pero a ello, preguntó ¿cómo algo simple es capaz de engañarse, de hacer algo que no-es o que es distinto a sí mismo? (escrito sobre ello)).

3.2 Así, lo que se postula es que solo existe lo Múltiple, lo Uno no es. No hay simplicidad absoluta, todo es Múltiple. Esto es la teoría de Conjuntos, donde los elementos no se distinguen del Conjunto de elementos. Ambos son operados de la misma manera. Así buscamos una teoría donde podría manejarse acerca de "todo" lo que es (sin definirlo como Uno) Lo determina sin determinarlo, pues dice que no hay una propiedad determinada, excluyente, sino varias, indefinidas bajo el nombre de multiplicidad o diferencia. Es por ello, que la teoría de conjuntos nombra a los objetos como conjuntos. Lo particular de este nombramiento es que lo hace sin definir qué es un conjunto (para evitar la Paradoja de Rusell), osea sin suprimir su característica de indeterminado, pero que permite operarlo y por lo tanto, pensarlo.

3.3. El Vacío tiene dos significados a mi parecer: El primero, es que el Conjunto que tiene existencia por sí sola (mejor dicho, se postula su existencia), y que compone a todos los demás conjuntos, es el conjunto Vacío (Ver Ser y Acontecimiento). El conjunto vacío es sin elementos. Entonces, el Ser no tiene un elemento común. Su propiedad es Ser Múltiple (en tanto Conjunto) de Nada. (Otra vez, recordemos que esto es para operar y pensar el Ser). Esto significa que no hay un elemento o propiedad que le sea común a todos los conjuntos. Por lo tanto, no hay Ser del Todo. (ver Introducción a una Ontología Transitoria).

3.4 A partir de 3.3, se explica porque hay Presentación (Presentación es una doble palabra que significa lo que se presenta (en tanto mostrar fenomenológicamente, al sujeto, la representación) o lo que se hace presente, hablando en el tiempo). Lo que es siempre tiene que presentarse (fluir) pues no puede haber Ser sin Tiempo, dado que si no fuera así, habría Totalidad ("presente" siempre o Eternidad) . Este presentarse es una determinación. Pareciera que la indeterminación termina por determinarse. Pero aquí viene el otro significado del Vacío: Es lo que no se presenta en la presentación. O en términos aristotélicos, es una potencialidad que no se actualiza. Así se evita el cierre de la presentación: En toda presentación, siempre hay algo que no se presenta (Pues la presentación es de algo, y el vacío por definición es Múltiple-de-Nada y esta en todo conjunto (componiéndolo) o Múltiple-de-algo). Hablamos de ese no-presentado de una forma retrospectiva, a partir de la presentación (nuestro terreno como humanos; es decir, a partir del fenómeno que se nos muestra) y desde ahí se habla de la Ontología

4. La Filosofía como Saber Primordial, mayor a la ontología.
Como vemos, el discurso del Ser en tanto Ser (Múltiplicidad Pura, sin Uno) es una discurso de retrospectiva (el nombre y las características que se dan es para poder explicar, describir y operar con el Absoluto) . De ello, se derivará necesariamente el discurso sobre la Presentación, que Badiou llamará Lógica( ver Lógica de los Mundos).  Hablará sobre las leyes que gobiernan en ambos. Sin embargo, si bien estas leyes explica cómo funciona ambas ciencias, no logran explicar el contenido del mundo en tanto tal (con todas sus diferencias). Ello será tarea de la filosofía. Por eso, la Filosofía es el Saber Primordial: Se encarga de englobar y articular lo "común" ( ontología y lógica) y lo diferente (las Verdades). Esta separación es una abstracción, una actividad de la mente. En lo real, las tres confluyen.

Para sintetizar, el Discurso de Ser (la matemática) nos muestra que no hay una propiedad común en todo lo que es. Los entes (descritos como conjuntos) no son simples, siempre estan "compuestos" por una potencialidad (nombrada como vacío) que evita el cierre en entidades aisladas. Lo que es siempre esta en relación. El tiempo es una característica propia de lo real y el presente siempre deja de presentar algo. De esto es lo que trata la ontología y la matemática nos permite operar (pensar) ella en su ser en tanto ser (como multiplicidad sin uno o pura que como dijimos es una abstracción ya que en lo real siempre aparece estructurada o con cuenta-por-uno)


No hay comentarios: