viernes, 11 de diciembre de 2015

"Mamá quiero estudiar filosofía" "Pero, ¿De qué vas a trabajar hijo?"

Clásica pregunta que se nos hace a todos los que decidimos estudiar filosofía. Y se espera la clásica respuesta: "bueno seré un profesor (o quizás investigador, aunque en nuestro país esto es muy limitado), que si bien no tiene un sueldo muy alto se dedica a lo que le gusta". Quizás también esté la respuesta: "No importa tanto el dinero o la utilidad en el mercado, sino hacer algo que es capaz de dar sentido a la vida, algo que en esta sociedad se ha perdido. No debemos evaluar nuestro trabajo en función de rentabilidad sino en función de la significación para la vida misma y en eso la filosofía tiene mucho que decir". Pero lo cierto es que por más que se crea que la sociedad va por un mal camino, donde ha perdido el sentido auténtico de la vida y la orientación principal es buscar ganar dinero, no podemos buscar aislarlo y alejarnos de ello, sino debemos transfor dicha realidad. Y la transformación creo que es más eficiente si se hace desde adentro. Es por ello que en este escrito presentaré algunas ideas de cómo podría hacerse ello, que terminará llevando a la afirmación polémica de que la filosofía es la carrera del futuro. Ojo lo que diré aquí no es que se algo único del filosofo pero si se presenta una serie de componentes que la formación en filosofía si tiene. 

1. "Antes el especialista era una maravilla, ahora necesitamos generalistas" (Fernando D'Alessio, Director de Centrum Católica)
Esta frase no la señala un filósofo sino un hombre con mucha experiencia en los negocios (1) Cada vez estamos cayendo en la cuenta de que tanto los problemas teóricos como los problemas prácticos son problemas complejos que desbordan la ficticia separación de áreas y saberes que hemos hecho en las espacio del conocimiento y en la división social del trabajo. Se requieren profesionales que sepan abordar los problemas desde distintas perspectivas, capaces de entender las conexiones entre los distintos ámbitos para mediar las consecuencias de las decisiones. Y el generalista por excelencia es el filósofo: No se le forma en un método único (como si lo hacen distintas carreras), con juicio crítico para saber ver cuál es la mejor forma de proceder en cada caso, capaz de crear nuevos conceptos para cuando los saberes tradicionales no son capaces de capturar esa nueva realidad. Y estos generalistas se necesitan tanto en el sector público como en el sector empresarial o el sector no-gubernamental. 

2. Ya no basta con el pregrado sino también hay que tener un posgrado. Y para especializarse o diversificarse mediante el posgrado el filosofo tiene una ventaja. 
Lo que también es cierto es que si bien cada vez se necesita más generalistas, no se debe dejar de lado la especialización. Y en un mundo donde ya no solo basta con tener un título universitario para poder competir, los posgrados son la nueva fuente de valor agregado para mejorar tu posibilidad de empleabilidad. Y por la naturaleza académica de la carrera, la gran mayoría de filósofos tienda a también buscar títulos de posgrado (maestría o doctorado) que lleva a especializarse (en habilidades de investigación para un tema específico o en competencias profesionales o diversificarse en otras competencias (de esto último es lo que más se demanda)). Y la ventaja por sobre otras carreras es que será más fácil adaptarse a estos nuevos ámbitos porque no se ha sido formado en un solo método por 5 años (al cual las personas se acostumbran para abordar la realidad) y se conoce distintas áreas del saber (la tradición filosófica ha sido madre de las distintas ciencias así que si se conoce de todo un poco). 

3. Ya ahora no se habla de la era de la información sino de la era del concepto. Pronto se hablará de la era del sentido. Y el filósofo tiene un papel fundamental en ello. 
La era de la información con el desarrollo tecnológico y de los medios de comunicación supusieron una gran revolución para la humanidad. Se generó un gran valor agregado con la creación de nuevos objetos de gran utilidad para una diversidad de problemas. Pero, ahora para introducir un objeto nuevo al mercado no solo basta su utilidad sino también su diseño, su concepto. Por ello se habla ahora de la era del concepto (conocimiento-funcionalidad + estética). Creo que la siguiente era será la del sentido, donde no solo se tendrá en cuenta la funcionalidad de los objetos y su estética sino las experiencias y significados que son capaces de crear en nuestra propia vida. La cuestión del sentido de la vida es algo inherente a la condición humana y que en los últimos tiempos hemos dejado de lado. Pero estamos transitando a un retorno a ello porque es algo que no podemos dejar de tener en cuenta. Por ello la proliferación de tantos libros de autoayuda y los coaching en las empresas (que son falsos profetas de sentido). Y aquí hablo en temas de rentabilidad y productividad y no desde el valor inherente al sentido del existir mismo. 

4. La filosofía tiene un rol fundamental no solo para combatir la anomia en nuestra sociedad sino también para fortalecer la democracia y ciudadanía. 
Si aún a pesar de todo lo señalado se sigue pensando que la filosofía no tiene mayor utilidad o si la tiene es para el ámbito individual de la cuestión del sentido de cada vida, pues Martha Nussbaum en su libro "Sin fines de lucro" muestra porqué la democracia necesita de las humanidades. Entre los aportes de esta formación humanista está la formación de una ciudadanía que no solo conoce los derechos y deberes sino que asume compromisos éticos y morales para con los demás; el cultivo de la práctica de ser críticos y capaces de dar razones sobre nuestros planteamientos, elementos necesarios para la deliberación pública; la sensibilidad hacia distintas culturas y saberes; y el desarrollo de nuestra imaginación para ponernos en distintas situaciones en torno a los otros. La filosofía contribuye de una manera importante a todo ello. 

Con todo lo señalado no pretendo decir que la filosofía es la panacea para todos los problemas de nuestro presente y futuro. Pero si presento una manera distinta de abordar la filosofía y su relación con nuestra contemporaneidad. Debemos de cierta forma flexibilizar el concepto sin perder los hilos conductores de la tradición filosófica. Y debemos hacerlo también porque la filosofía cada vez se ve más necesaria y que no puede quedarse en su bastión académico sino debe salir a las calles mismas, mezclarse con las distintas instituciones. La formación en filosofía debe también cambiar para hacer ello posible. Debe dejarse de ver la filosofía sólo como algo "difícil", etéreo y sin mayor utilidad y debe darse entender es que es muy importante para los problemas de la cotidianidad. 


(1)http://gestion.pe/tendencias/antes-especialista-era-maravilla-ahora-necesitamos-generalistas-2103577

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