domingo, 27 de diciembre de 2015

Cuestionamientos a la idea de Contingencia de lo Absoluto o el Principio de Factualidad de Quentin Meillassoux

Acabo de subir un resumen de las ideas del libro de Quentin Meillassoux "Después de la Finitud" (aquí). Es un libro que ha marcado la inauguración de un nuevo tiempo en la filosofía, donde se busca retomar y lograr el gran anhelo humano de poder conocer las cosas como son en sí mismas, lo Absoluto. En el presente escrito pienso cuestionar la idea de Contingencia de lo Absoluto también conocida como el Principio de Factualidad o de Irrazón que lleva a que la Cosa en Sí sea un Hiper-Caos de la Cosa en sí. Esta idea señala que: "Nada tiene razón de ser y de seguir siendo tal como es, todo debe sin razón poder no ser y/o poder ser otro que el que es" (p.101). Señalaré 2 saltos que hace al deducir este principio para lo Absoluto; además mostraré un problema fundamental que generaría este principio si es que fuera una ley general de lo absoluto. 

Cuestionamiento 1: 
-Hay un salto de la contingencia del correlato a la contingencia del mundo en sí (a la totalidad).
Meillassoux descubre que es pensable nuestro no-ser (el hecho de que somos contingentes, podemos no-ser, no hay necesidad de ser). El hecho de nuestra contingencia es un principio que pertenece a la Cosa-en-sí y no algo que está en el círculo correlacional puesto que justamente es algo que es capaz de anular dicha correlación. Concluye pues que es un principio de todas las cosas en sí.
He aquí el salto: Del hecho de  nuestra propia contingencia no se sigue que TODAS LAS COSAS EN SÍ deban ser contingentes. Puede ser que algunas tengan esta propiedad (como algunas cosas en el mundo que percibimos la tienen) pero no necesariamente todas.  

La posible respuesta de Meillassoux es que los entes necesarios no son y ello lo concluye del fracaso de toda prueba ontológica, en donde no se puede derivar la necesidad de un ente en virtud de su concepto. Pero nuevamente hay otro salto: hay una confusión entre una prueba epistemológica (deducir la necesidad de algo en virtud a su concepto) con una prueba ontológica (que algo efectivamente sea necesario). Puede haber un principio o algo que impida a un ente no-ser o que lo lleve a tener que ser en todo mundo posible y nunca lo descubramos solo en virtud de su concepto, así como puede haber entes que permanezcan en el tiempo siempre y no necesariamente sean necesarios. La lógica modal claramente trabaja con la idea de la posibilidad de la necesidad y no se basa en la prueba ontológica. Además introduce la noción de que algo que puede ser contingente en su ser (osea que no ha sido siempre) pero que una vez que es, es necesario que sea de un determinado modo en todos los mundos posibles. El principio de irrazón va en contra de esa modelación de la lógica modal. 

Conclusión: El mundo-en-sí no necesariamente se ve gobernado por la Contingencia Absoluta. Corresponde a la filosofía especulativa reflexionar sobre esos otros principios (aquí se podría caer las pruebas que usa Meillassoux sobre porque hay algo en lugar de nada y la derivación del principio de no-contradicción y la posibilidad de la matemática a partir del principio de factualidad) 


Cuestionamiento 2:
 -Hay un salto de no haber ninguna razón para que impida la aniquilación de la subjetividad a que efectivamente ocurra sin causa. (Una confusión del principio de causalidad)
Meillassoux propone que señala que se anula el principio de razón porque todo puede ser de otra manera, no hay razón necesaria para que sea de una determinada manera, ni siquiera para que sea o exista. Que no haya una razón necesaria en ese sentido no lleva a necesariamente que las cosas puedan cambiar sin razón como afirma el principio de irrazón. 
Aquí hay una confusión que podemos desenredar si es que cambios el poder cambiar sin razón al poder cambiar sin causa alguna. Meillassoux ataque el principio de razón necesaria ("toda cosa, todo hecho, debe tener una razón necesaria de ser así más que de otra manera") pero ello no lleva a la destrucción del principio de causalidad (de que algo sea efecto de una causa previa). Efectivamente descubrimos que podemos no-ser pero de eso no se deduce que nuestro aniquilamiento se de sin causa alguna. Es así que incluso en la prueba de Meillassoux se puede mantener sin problema alguno el hecho de que todo ocurra por una causa (solo que hay que reformularlo quitando la idea de la necesidad de que dada una causa determinada, ocurra necesariamente un efecto determinado). Así no habría cambios o saltos de la nada. 

Conclusión: En el-sí se puede mantener el principio de causalidad (no ocurre nada sin una causa previa), dándole estabilidad al mundo sin necesidad de recurrir a otros principios. Más la filosofía especulativa necesita deducir este principio del en-sí. 

Problemática:
La contingencia es contraria a la necesidad en las matemáticas. 
Si se sigue que todo es contingente, las leyes de las matemáticas también lo serían. Si las leyes matemáticas son contingentes, toda la idea de ciencia se cae. Ergo, el proyecto de darle fundamento al que hacer científico del propio Meillassoux fracasa. El filosofo se da cuenta de esto y busca derivar la posibilidad de los enunciados matemáticos a partir de la estabilidad efectiva de las leyes de la naturaleza (estabilidad que dicha sea de observa en el mundo-para-mí pero que no sabes si está en el en-sí) que lleva a separar la Contingencia Absoluta de la idea del azar, a partir de la idea del intotalización de lo posible, del teorama de Cantor sobre los Conjuntos Trans-infinitos. Su idea es que lo Absoluto también se gobierna por leyes matemáticas como la idea de Conjuntos Trans-infinitos. 

Pero la fundamentación esta llena de saltos. La intotalización de lo posible lo postula Meillassoux ad-hoc para evitar una incoherencia entre la estabilidad que observamos de las leyes de la naturaleza y la idea de contingencia absoluta. Digo ad hoc porque no hay una relación de necesidad entre la intotalización de lo posible y la contingencia absoluta (como si podría haberla con el principio de no-contradicción). El mundo puede ser azaroso completamente sin que haya mayor contradicción con la contingencia absoluta. El problema está en que la estabilidad de las leyes de la naturaleza es algo que observamos en el mundo para-mí pero que aún no sabemos si existe en lo Absoluto: Quizás en este último si todo sea hiper-caótico (como la idea de voluntad de Schopenhauer). 

Además el axioma de los Conjuntos Trans-infinitos no es algo que sea necesario en la fundamentación de la matemática (osea no es un axioma fundamentalmente para la matemática como si son los axiomas de Peano). Es algo que se elije aceptar o no aceptar. Es más toda la fundamentación de la matemática a través de la metateoría trabaja (salvo algunas extensiones) en base a la idea de que lo infinito actual no existe (lo trans-infinito es un infinito actual y no potencial que es la idea de indefinidamente). Entonces, hay un salto de hacia la totalidad del conjunto de la matemática a partir de un axioma que no lleva a ello. Pero Meillassoux fuerza este salto para salvar a la matemática del monstruo del Hiper-Caos (o contingencia absoluta). Pero con lo enunciado en la problemática 1 se puede salvar sin mayor problema. 


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