martes, 22 de diciembre de 2015

Una píldora para aumentar la inteligencia: ¿Es éticamente cuestionable?

Se dice que se ha creado un medicamento capaz de aumentar nuestra inteligencia. Incluso se ha hecho una serie de pruebas para demostrar que no tiene efectos secundarios en la salud. Imaginemos que efectivamente es así. Ahí empieza el debate ético. La respuesta no es nada fácil 

Un primer problema sería la de la desigualdad: Unos tendrán más "inteligencia" artificialmente que otros. Es complejo definir qué es inteligencia, teniendo en consideración que hay inteligencias múltiples. El artículo señala que este medicamente potencia la capacidad de memoria, de resolución de problemas (que puede basarse en mayor vista de opciones posibles), velocidad de procesamiento (relacionado a la resolución de problemas), capacidad de atención y flexibilidad. Es decir capacidades que son útiles para los problemas cotidianos, más allá de qué tipo de inteligencia se tenga.
Pero lo cierto es que esta desigualdad de inteligencia (definida en base a esas capacidades, sin necesariamente decir que te hace mejor o menor persona tenerlas, pero si son útiles para la vida diaria) ya existe y se ve determinada por la lotería genética (nadie elige los genes) y tu contexto sociocultural (que ayuda a potenciar o disminuir dicha inteligencia ya sea por la educación o por cuestiones que afectan negativamente a la salud). Una pastilla así podría nivelar dicha desigualdad (Rawls dice que una sociedad es justa en cuanto la capacidad de las personas para realizar sus fines no se ve determinada por el azar: de las condiciones sociales de origen (nadie elije donde nacer) y las biológicas (nadie elije con que características nacer))

Entonces ello nos lleva al tema del acceso a dicha pastilla: ¿Sería injusto que no todos tengan acceso a dicho medicamente? Si el medicamento tiene un alto precio porque solo unos podrían acceder a él (así como es injusto que solo unos cuantos tengan educación de calidad o acceso a sistemas de salud). Pero ¿y si es accesible para todos? La justicia e injusticia parcialmente podría definirse en función a cuestiones esenciales para la condición humana: Es injusto el no tener ciertos elementos para una vida digna (educación, salud, seguridad, derechos, mecanismos de participación, etc.). Pero no hay injusticia si que por ejemplo uno no tiene todo lo que desea (o unos tienes más cosas que otras) en cuestiones triviales (aunque lo que es trivial es relativo, puede haber consenso entrecruzado en que hay cuestiones fundamentales que si sería injusto que no todos lo tengan). Este medicamento mejoraría la inteligencia, algo que es fundamental para el desarrollo de una vida digna (similar a la educación), así que si unos lo tienen y otros no, si sería injusto. Debe ser accesible para todos.

Un problema podría ser la dependencia que generaría, más aún si esta no modifica nuestra inteligencia de manera permanente sino solo cuando lo tomamos. Pero sería una dependencia como la que actualmente tenemos con ciertos medicamentos o con por ejemplo los medios de comunicación (que de alguna manera han potenciado también la inteligencia). Ya no podemos vivir si ello. y cuando no está sentimos un estado vacío. Pero cultivando la moderación se podría trabajar sobre su uso (nuevamente aquí tiene que hacer una evaluación biológica si genera o no dependencia similar a las drogas que terminan destruyendo nuestra salud)

Otro problema sería al potenciar tanto un tipo de inteligencia (evidentemente no se puede potenciar todo porque biológicamente es imposible dada la constitución de nuestro cerebro: se generaría actividades cerebrales en tantas partes a la vez que eso demandaría demasiada energía o incluso tendríamos especie de cortocircuitos si hacemos tantas tareas a la vez. Es como si en una computadora se le pidiera que hiciera tantas tareas a la vez: simplemente se cuelga o se vuelve más lento. Por eso el cerebro evolutivamente desarrollo mecanismos de selección que permite una mayor eficacia. Aunque en teoría se podría desarrollar una droga que potencia este mecanismo), la inteligencia práctica, dado que nuestro cerebro funciona por mecanismos de incentivos (pues evidentemente este mecanismo tiene una ventaja selectiva a nivel diario), tendería a descuidar otras funciones u otros tipos de inteligencia que también son valiosas, haciendo a la larga que se vuelva permanente esta tendencia por la neuroplasticidad. A la larga tendríamos un solo tipo de humanos: Los lógicos y/o prácticos. Podría crear drogas que potencien distintos tipos de inteligencia pero es imposible que haya drogas para cada tipo de humano y que además este humana cambia con el tiempo (no es una estructura fija que permite una identificación). Ninguna creación humana es aún capaz de superar la capacidad creativa de la naturaleza y su capacidad tan cambiante. Así habría una homogenización. Es como la evolución del ejército: con el desarrollo de armas de juego se perdió las habilidades de ser arqueros, de caballería. Efectivamente cumple más eficientemente su rol de "matar" estas armas de fuego pero se ha perdido otras cosas. En el caso de la vida, donde no hay una finalidad única esta perdida sería bastante perjudicial.

Para mi el principal problema una pastilla así es que suprimiría el esfuerzo y la práctica que ponemos para mejorar nuestras capacidades cognitivas. Todo se daría de un golpe. El esfuerzo y la experiencia práctica son valiosas porque desarrollar en nosotros cualidades o hábitos como la constancia, templanza, disciplina o la misma sabiduría práctica (producto de la experiencia de errar y tantear que nos enseñan cosas y nos muestra que también las caídas tienen su propia belleza. El explorar o tantear nos ayuda a descubrir cosas sobre nosotros mismos). Nuestra propia capacidad de errar es la que genera el sentido de responsabilidad (no habría responsabilidad médica por ejemplo, si no hubiera posibilidad de error) y esto es fundamental para la idea de libertad y con una pastilla así se atenuaría. De alguna forma se reduce nuestra experiencia de la falibilidad que es valiosa en sí misma y nos acercamos más a la perfección. Además es gracias a la falibilidad que trabajamos en equipo: como no somos autosuficientes, necesitamos de las demás habilidades de los demás. Y la experiencia del compartir y el aprender de otros es valiosa en sí misma. Con una pastilla así tenderíamos a ser más autosuficiente, a buscar no necesitar de los demás.

Otro problema derivado es uno que señala Michael Sandel en su libro "Contra la perfección": Es el problema de la individualidad. Creemos que los límites de nuestra condición humana se pueden superar si aumentamos nuestra inteligencia, a nivel individual, pero la verdadera limitación se encuentra en las estructuras sociales (si tuviéramos estructuras sociales que no consideran más valioso un tipo inteligencia que otra y diera igualdad de oportunidades para todas ellas (cosa que no pasa ni en el sistema educativa), no habría necesidad de buscar aumentar ese "tipo de inteligencia").

Cierro esta breve reflexión diciendo que la píldora en sí misma no es éticamente cuestionable, sino es como la tecnología en sí: neutral. Todo va a depender del uso que le demos. Evidentemente es beneficioso para aquellas personas que sufren de enfermedades cognitivas degenerativas. Y para el resto de personas dependerá si es que esta al alcance de todos; si es que lo usamos solo para beneficio propio , olvidando que es necesario cambiar las estructuras sociales; o si dejamos de lado todo lo valioso en sí de la falibilidad humana; o si lo usamos en exceso dejando de lado la prudencia. Lo importante es que se reflexión colectivamente sobre el uso o no de esta tecnología y que no se determine su uso por las leyes del mercado: Una pastilla así de potente no puede verse determinada por la oferta y la demanda.

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