lunes, 31 de enero de 2011

Rajando los cimientos


Me tomaré una licencia con el plan trazado antes para poder cuestionar dos ideas básicas de todo reflexión filosófica: El principio de causalidad y el principio de no-contradicción. Vengo esbozando algunas ideas y preguntas sobre estos principios que son usados muchas veces como dogmas (sin cuestionarse) por filósofos y profanos. La idea de este post es abrir una serie de interrogantes para reflexiones posteriores, pues el tema es sumamente complejo.

El principio de causalidad:

Muchas veces es formulado como "Todo tiene una causa que lo precede". Pero, ¿por qué tiene que tenerla? Es una afirmación que no cuestionamos. No veo problema en usar nuestra imaginación para poder ver un ser que no tiene algo distinto a él que lo cause. Ahora bien, este Ser puede ser entendido como Dios, causa de sí mismo. Pero no necesariamente es así: primero porque es una afirmación sin sustento el decir que todo ser algo sin causa previa, distinta a él, es Dios; y en segundo lugar porque el ser causa de sí mismo es algo tan absurdo pues con la idea de causa afirmamos algo que es distinto y anterior a algo que es ahora; es decir, vemos que para que Dios sea causa de sí mismo tendría que haber existido antes de que exista. Y si se dice que Dios no tiene causa, ¿por qué lo demás si habría que tenerla? "Porque Dios es algo totalmente distinto a lo que existe en este mundo" ¿Cómo lo sabes? ¿Acaso lo conoces? ¿Acaso eres tan poderoso para conocer TODO lo que existe ahora? Dentro de lo que posiblemente existe ahora puede haber algo sin causa.

La única manera de salvar este principio es encontrando que necesariamente es así y no puede ser de otra manera. Kant lo hizo de esta manera "Todo lo que sucede tiene una causa que lo antecede" Si se formula de esta manera no hay forma de evitar la necesidad: En el mismo concepto de suceder, "lo que sigue de algo", se halla conectado con el hecho de que para que sea así tiene que haber algo que lo antecede, "lo que es antes de algo". Claro que el análisis es más complejo, pero por razones de este escrito prefiero dejarlo por el momento así. Pero, al parecer esta necesidad se halla en lo que a la selección de palabras se refiere. Si lo formulamos así, estamos hablando del concepto de tiempo, como lo pensamos : "lo que constantemente fluye y deviene". Para Kant, el tiempo es algo que cobra realidad con objetos en él. Es decir, un tiempo "vacío" no tiene realidad. (todo esto porque para Kant lo real es algo conformado por las formas de conocimiento, estructuras mentales e ideales, y la materia que proviene de las percepciones sensoriales; sin una ni la otra no habría realidad. El tiempo es una forma de conocimiento, por si solo no cobra realidad, sino que depende de las percepciones sensoriales que representan objetos en su ser (en el tiempo))

Realicemos un ejercicio simple: Imaginemos que solo existe una cosa en el mundo. Y que esta empezó a existir de la nada. Quiere decir que hubo un momento en donde no existió. Pero sin este objeto el tiempo no es real o mejor dicho perceptible. No puede haber un antes, porque para saberlo tuvo que haber algo y como es vacío no podemos conocerlo. No podemos afirmar que salió de nada (Como explicamos, el tiempo, para Kant, es algo ideal que solo es perceptible con objetos en él. Sin estos objetos, no podemos decir que existe un tiempo) Al no poder conocer sin tiempo, y el salir de la nada no se puede conocer, entonces afirmamos, que por lo menos en nuestra experiencia y en lo que conocemos o todo tiene una causa o hay algo que es eterno. Necesariamente es así. Sobre el resto, el existir de la nada y sin causa, no podemos pronunciarnos. Caber resaltar que aquí el concepto de causalidad va de la mano con el concepto de tiempo de suceder y no con una conexión necesaria entre un estado anterior y un estado posterior determinados. (Pues todo lo que ocurre en la experiencia no es necesario, es decir, puede ser de otra manera)

Una pregunta que me hice fue precisamente acerca del "devenir o suceder" y que va de la mano con la idea del tiempo. ¿Cómo podemos percibir que algo sucede a otra cosa distinta si es que entre un intervalo de tiempo hay infinitos intervalos menores de tiempo (como decir que dentro de un minuto, hay varios segundos y dentro de cada uno de estos hay muchísimas milésimas de segundo y así ad infinitum) Cuando hablamos de causa y efecto en realidad encerramos, mediante la abstracción, quizás, en dos momentos distintos un infinito de tiempo real. Sin embargo, esta especie de abstracción directa o que creemos que la percibimos, ocurre en lo que experimentamos. Notamos los cambios o por lo menos así creemos mediante las abstracciones que he mencionado antes. Quizás no notamos la infinitud de ese devenir porque nuestro cerebro solo capta "la realidad" a una determinada "velocidad" del suceder. Por ejemplo: si fuera más rapido nuestra velocidad de procesar los estímulos podriamos darnos cuenta de que en la televisión las imagenes no son continuas sino discretas. ¿Podría suceder lo mismo con la realidad misma; es decir, que el tiempo sea discreto? No lo creo, pues, significaría que entre tiempo y tiempo hay un momento de vacío, que no podríamos percibir y que además tendría que existir un meta-tiempo donde se conecten estos instantes "discretos". No puede haber instante vacio en la experiencia. La experiencia debe ser continua, como ya demostramos antes. Pero la solución es que entre cada suceso, cada objeto que cambia, la actividad mínima de cada objeto se da en un mínimo tiempo posible: 10 a la menos 43 como dirá la física cuántica. No hay tiempo vacío, así pero entre cada suceso hay un mínimo tiempo posible, que permite que la causalidad no se alargue ad infinitum en cada intervalo.
Otra pregunta para enlazar con la otra reflexión sobre el principio de no contradicción es: Solo con el cambio sabemos sobre el fluir del tiempo. ¿Sin cambio no hay fluir, por ende tiempo? ¿Cómo notamos el cambio? Por el principio de no contradicción. Pero una respuesta precisa sería: Si hay fluir del tiempo apesar de no haber cambio, por el principio que arriba hemos demostrado como necesario: "Todo lo que sucede tiene una causa que lo antecede"

El principio de no- contradicción:

Se formula de la siguiente manera: "A no puede ser no-a al mismo tiempo" El no ser de algo, es decir, algo distinto a ese algo, no puede ser ese algo en el mismo tiempo. Con ello, se dice que si algo es algo distinto a lo que era quiere decir que estamos en un distinto tiempo. Es decir, que hubo cambio de un determinado objeto.

¿Cómo se que es exactamente es algo? Si recurrimos a la experiencia el ser de algo es difuso y poco delimitado. Veamos nuestra computadora. ¿Qué es? Es un agregado de cosas distintas. Si, le quitamos ponte un par de partículos, ¿Dejaría de ser computadora? Podemos, descomponerlas hasta llegar a las partículas sub-atómicas. Pero, ¿qué son estas partículas? Definir su ser, es algo extremadamente difícil, por no decir imposible. Uno, porque solo accedemos a ellas de una manera indirecta, sin percibirlos directamente. Y dos porque por las leyes que hemos descubierto su existencia y sus características son inaccesibles (por ejemplo, no podemos distinguir dos electrones , pues tienen la mismas características, pero por sentido común diríamos que son objetos distintos por ocupar posiciones distintas en el espacio, sin delimitar sus diferencias en su ser. El diferenciarlos por su ubicación en el espacio, indica que la quidad del ente se halla fuera de sí, pues su definición depende de la relación con otros entes. Esto, recordando que el espacio es relacional entre objetos) Entonces, si llevamos esta reflexión a su consecuencia lógica, diríamos: Al no poder delimitar bien lo que algo es, entonces no podemos saber lo que no es. Y entonces el principio de no-contradicción se derrumba pues decir que no puede ser no –a significaría conocer los dos términos. Este principio queda como algo mental que nos ayuda a simplificar nuestra experiencia en el mundo pero no como una verdad ontológica, propia de las cosas. O mejor dicho, no podemos saber si lo es, dada nuestra imposibilidad para conocer bien los límites del ser o quidad de cada objeto. A partir de esto, también se podría decir que nos es imposible afirmar la certeza del cambio, pues para hacerlo tendríamos que conocer bien el ser y el no-ser de algo y eso es difuso e imposible (Pues significaría conocer todo lo que no es no es el objeto determinado y no hay forma de hacerlo porque sería conocer la totalidad de la existencia). Se cumple con lo anterior, es una principio útil pero que no podemos afirmar que pertenece a los objetos en sí. Todo doctrina del devenir, como la de Heráclito, del constante suceder, y la de Hegel en su dialéctica de contrarios, resulta infundada.
Pero si recurrimos a la experiencia, otra vez resulta que esto no es así. "Vemos" que las cosas cambian. "Sabemos" que un humano no es un perro a la vez. ¿Por qué ocurre así? Lo segundo es más fácil de explicar: Sucede que estamos dando definiciones relativas que son utiles para nuestro diario actuar. Lo primero, sobre el cambio, quizás es debido a una ley de la mecánica cuántica que se llaman "el principio de incertidumbre" para resumirlo la plantearemos así: Nada puede para de moverse a nivel cuántico o la parte "pequeña" de la experiencia. Ese continuo movimiento asegura el cambio. El principio de no-contradicción de la experiencia no se halla sujeto por la esencia o quidad de un ente sino que se fundamenta por el movimiento (en el espacio) y por ende por el principio de causalidad (en el tiempo). El ser es por el espacio-tiempo.







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