viernes, 29 de junio de 2012

Sobre lo Uno y lo Otro: ¿Hay Platón sin lo Uno?



“Si lo uno no es, nada es”
(Platón, el Parménides)[1]

El filosofo contemporáneo Alain Badiou propone que la filosofía debe volver a su estatus de encargada de dar sentido, organizadora de las Verdades en nuestra existencia. Se levanta contra el pensamiento posmoderno que pronuncia “no hay verdades, solo cuerpos y lenguajes”.  Para ello, recurrirá al “Divino” Platón, “aquel que resuena infinitamente y bajo diversos trazados”[2].

“Hay que cerrar la edad de los poetas, inaugurada por Nietzsche y desplegada por Heidegger, dentro de la cual el pensamiento queda suturado unilateralmente a la palabra poética que canta, nostálgica, en una finitud sin amparo, la huida de los dioses y el anhelo de su retorno. El antídoto lo dicta Platón mismo hablando del engaño al que nos somete la mala mímesis poética”[3]

Edad en donde todo es opinión o δόξα (doxa), todo vale: relativismo puro. Y ese relativismo se presenta en el campo de la política también. Hay pues el único principio de que no hay principio.[4] Ante ello, Badiou piensa en Platón y la idea de una comunidad que se rige por una Idea, un principio. Este filosofo puede salvarnos del terror de la doxa. Es necesario retomar su Verdad, adherimos a ella, pues fue pronunciada para la eternidad.

El presente escrito tiene como finalidad analizar la Idea de Badiou acerca del Platonismo, más precisamente, sobre que Platón pronuncia el “Uno no-es”. El no-ser de lo Uno, es una idea de la contemporaneidad, que da paso hacia lo Múltiple del ser-en-tanto-ser. Badiou, en su libro “El Ser y el Acontecimiento” dirá que esta idea yace en el mismo Platón. Por ello veremos la posibilidad del no-ser de la Uno en Platón, a través de la siguiente estructura:

En un primer lugar, veremos como Badiou, en su libro, plantea la idea del No-ser de lo Uno en Platón. Lo hace desde un análisis del Parménides. En mi opinión, su planteamiento no es suficiente. Por ello, en un segundo momento, veremos cómo hay interpretaciones, que no solo plantean el Ser delo Uno, sino que lo igualan con el Bien, Idea Suprema en el sistema platónico. Hacia ella apunta todo la teoría de las Ideas en Platón y por lo cual es imposible ignorarla en un planteamiento acerca de este filósofo. Aquí sucede pues un impasse.

¿Cómo resolverlo? ¿Tendremos que inclinarlos hacia una de las dos posturas? En un tercer y último momento, plantearemos una posible solución, mediante la idea de los Uno y los Otros, como principio últimos de todo realidad. En Platón, como veremos, parece ser un problema irresuelto. Pero mediante ciertas nociones del mismo, como el “concepto” de χώρα (Khora) en el Timeo, es posible esbozar la “solución”.

Lo que se trata aquí es trasladar la Verdad de Platón a un lenguaje contemporánea para que desde ahí puede seguir guiando nuestro camino. El mismo Badiou lo hace con su “remake” de la República de Platón, de próxima edición[5].  Es probar que Platón da sentido a una Verdad que no solo explica la realidad en su tiempo, sino que es para la Eternidad, por lo tanto, también debe explicar la nuestra. Aquella, que en palabras de Badiou, pronuncia que lo Uno no-es y que el Vacío es el nombre propio del ser-en-tanto-ser.


Badiou-Platón: El no-ser de lo Uno.
En el segundo capítulo de la obra cumbre de Badiou, El ser y el Acontecimiento, titulado “Platón”, este filosofo trata de mostrar como para Platón lo Uno no-es.  Así refuerza su propia tesis, mostrando que desde la antigüedad esta idea está presente en el gran filosofo griego. Antes de pasar a revisar propiamente la argumentación de ese capítulo, veamos la razón por la cual Badiou piensa que lo Uno no-es.
Precisamente su argumentación parte del Parménides de Platón:

“Pues si el ser es lo uno, es necesario llegar a plantear que lo que no es uno, o sea lo múltiple, no es. Conclusión que repugna al pensamiento, puesto que lo que se presenta es múltiple, y no se ve cómo podría abrirse un acceso al ser fuera de toda presentación. Si la presentación no es, ¿tiene todavía algún sentido designar como ser aquello que (se) presenta? E inversamente, si la presentación es, será necesario que lo múltiple sea, de donde resulta, por una parte, que el ser y lo uno ya no se corresponden y, por otra, que no es necesario afirmar como uno aquello que se presenta, en tanto que es. Lo cual repugna al pensamiento, pues la presentación de ese múltiple sólo en tanto que lo que ella presenta se puede contar por uno.”[6]

Aquí parte de una premisa: que nuestro acceso al Ser sucede desde la presentación, lo que se nos presente. Esta es una condición ontológica nuestra, partimos por lo menos desde ella. A partir de ahí, se reflexiona que si lo uno es, no puede haber presentación, pues toda presentación es múltiple. Incluso el mismo hecho de presentación significa presentarse, hacerse presente, supone, pues, una temporalidad, una distinción de un antes y un después, donde se hace presente. Hay una multiplicidad en la temporalidad de la presentación, pero también en la misma presentación: Percibimos distinto objetos. ¿Cómo habría presentación sin un ser del lo múltiple? Si nuestra condición es la de “recibir” presentación, la pregunta por el ser se formula: ¿Cuál es el ser de las presentaciones, lo que hace que las presentaciones se presenten? Sin presentación, no tiene sentido preguntarse por su ser.

Pero si lo múltiple es, el ser no es uno. Lo que significa que no hay igualdad entre lo Uno y el Ser.  Pero si el ser es múltiple, lo uno en tanto uno no es. Pero toda presentación está estructurada, determinada y si es determinada, el uno es: El perro es perro; la propio unidad de su identidad. Por lo cual, vemos que hay un impasse.

¿Cuál es la solución que Badiou plantea? Lo uno no es. Por lo tanto, lo que es en tanto que es, no es uno.  Lo Uno solo existe como operación: la cuenta-por-uno.  La estructura de la presentación es su principio de determinación-identidad, lo que cuenta-por-uno. Por la estructura, hay uno, hay determinación, pero no significa que lo que es sea uno. Y sabemos que el Ser no-es  Uno, retrospectivamente, viéndolo como anterior a la estructuración: Lo que hace que la presentación estructura, ya determinada, sea.

Esto es la argumentación de Badiou sobre el No-ser de lo Uno. Ahora pasemos a ver como plantea que Platón también lo reconoce. Dice que en el Parménides lo uno se analiza cómo no-ser  y no en su concepto propio en tanto uno, mientras que los otros-que-lo uno se analiza como el ente. Pues, se ve una disimetría en el análisis.

“Platón señala, en primer término, que lo que no es lo uno, es decir los otros (alla), debe ser considerado en su diferencia, en su heterogeneidad: ta alla etera estin, que yo traduciré como: “los otros son Otros”; la alteridad simple (lo otro), remite a la alteridad fundadora (lo Otro), es decir, al pensamiento de la diferencia pura de lo múltiple como diseminación heterogénea y no como simple diversidad repetitiva”[7]

Así Badiou dirá que “los otros son Otros respecto de ellos mismos”[8].  Piensa así, que Platón está hablando de la multiplicidad pura, de aquello que es en tanto que es,  la presentación en sí, anterior a toda estructura. Es infinita multiplicidad, o apeiroς plhqei, multiplicidad privada de todo límite. Badiou lo llama lo Múltiple inconsistente. Dirá que este Platón entiende este múltiple en sí con la metáfora del sueño:

“Si se considerara el punto de ser que pareciera el más pequeño, como podría ser un sueño al dormir, se mostraría de inmediato múltiple en vez de su apariencia de uno, y bien grande en vez de su pequeñez suprema, comparado con la diseminación que él es a partir de sí mismo”[9]

Aquí señala que es impensable lo múltiple en tanto múltiple, pues todo pensamiento es determinado, estructurado. Así, al pensar se fuga todo el ser-en-tanto-ser, como el sueño. Para pensar tiene que haber al advenimiento del no-ser de lo uno.

Pero al final del Pármenides, Badiou señala que aparece un pasaje en este drama del concepto, que parece echarse todo lo dicho anteriormente:  “(los otros) no serán diversos (polla). Pues en los entes-diversos también habría lo uno (…)”.[10] Es claro la argumentación pues, sino lo uno, no puede haber diversidad, que son varios unos o varias objetos determinados. Lo cual llevará a la conclusión de que: “Si lo uno no es, nada (ouden) es”.[11]Ouden estin” dirá Badiou, identificando el ser con el Vacío.

Para que no haya una inconsistencia con su análisis, Badiou señala que hay una diferencia entre la palabra polla de plhqς. La primera significa los diversos, la pluralidad; mientras que la segunda la traduce como multiplicidad. Así lo diverso señala la multiplicidad consistente, ya estructurada por la cuenta-por-uno; en cambio, la segunda, es la multiplicidad inconsistente, el ser en sí.

Para finalizar su exposición sobre Platón, Badiou hablará sobre la Idea. Dirá que gracias a ella los entes son pensables, inteligibles, a partir de la participación: el efecto que ella sostiene. Al respecto dice: “Por una parte, la Idea precede a toda existencia y, en consecuencia, a todo efecto-de-uno; por otra, sólo de ella resulta que haya composiciones-de-unos efectivamente pensables”.[12]

“Se comprende, así, por qué no hay, en rigor, Idea de lo uno. En el Sofista, Platón enumera lo que él llama los géneros supremos, las Ideas dialécticas absolutamente fundadoras. Esas cinco Ideas son: el ser, el movimiento, el reposo, lo mismo y lo otro. La Idea de lo uno no figura entre ellas,  pues lo uno, en efecto, no es. Ningún ser separado de lo uno concebible: esto es, en el fondo, lo que establece el Parménides. Lo uno está solamente al principio de toda Idea, considerada desde el punto de vista de su operación- la participación- y no desde el punto de vista de su ser.  Ese “hay uno” concierne a toda Idea, cualquiera que sea, en tanto que efectúa la cuenta de un múltiple y produce como resultado lo uno, es decir, lo que asegura que tal o cual cosa existente (presentada) es esto o aquello”[13]

Este párrafo es el más débil de toda la argumentación de badiousana acerca de Platón. En primer lugar, el hecho que no se mencionen el Sofista la idea de lo Uno, no quiere decir que no exista.  En segundo lugar, habla de que las Ideas tienen ser. Por lo tanto, son inconsistentes, sin la cuenta-por-uno. Pero la vez, son inteligibles, determinadas. Podría pensarse que el principio de determinación se sigue a partir de su participación en otras ideas, por medio de la Koinonía (introducción así de esta Idea) pero sería cuestión de desarrollarla en los próximos puntos que vamos a tocar. Por último, habría que ver la Idea del Bien y cómo es posible que entre en esta dinámica de que lo Uno no es. Por eso, para poder hablar de un planteamiento de Platón acerca del no-ser de lo Uno, debe desarrollarse la teoría de las Ideas con esta proposición.

Las Ideas: Koinonía, el Bien y la Unidad.

Es conocida como en la República[14] de Platón se fórmula la pregunta por el ser de la Justicia y cómo es posible una Polis justa.  Ello llevará a que para poder serlo se tiene que vivir según las Ideas. Así, pues, en este libro se habla sobre la naturaleza de las Ideas y de cómo gobiernan el mundo donde vivimos.
Lo que importante para este enseña es la Idea de Unidad. Esta se desarrollo, como presenta Raúl Gutiérrez[15], en República V, a partir de la cuestión del fundamento. Allí se habla sobre la Unidad y la Comunidad de las Ideas: “Cada una de ellas en sí misma es una, pero al manifestarse por doquier en comunidad con las acciones, con los cuerpos y entre sí, cada una aparece como múltiple” (476 A)   Se agrega que esto mismo sucede entre las Ideas mismas, habiendo así una comunidad de Ideas. Estas son ordenadas de acuerdo a un principio rector, un fundamento.  Esta comunidad constituida a partir de un principio definirá el ser de las Ideas:

“Indudablemente este orden del ámbito inteligible es, en cierta medida, causa de que cada Idea sea lo que es, pues su posición en ese orden y, por lo tanto, su relación- o su comunidad- con las demás Ideas es constitutiva de su propia naturaleza.  Pero, precisamente por ello, se puede concluir que su unidad es una unidad integradora de múltiples elementos, mas no una unidad absoluta”[16]

Aquí ya se establece una idea de Unidad, pero como totalidad conformadas por partes. La Unidad sería la Koinonía. Pero a esta idea de Uno-Todo vendrá otra idea de Unidad, en el pasaje 476 A que ya hemos citado. Platón afirma la unidad de la Idea, que en sí misma es una, a partir de que excluye completamente a su opuesto.  “Cada Idea constituye en sí misma una unidad de sentido que expresa y agota completamente el significado del nombre que la designa; por ellos es que, en sentido estricto, solo ella es real y verdaderamente el término o propiedad que representa, esto es, absolutamente idéntica con él”[17] Aquí vemos una definición de Unidad como Identidad consigo mismo.

¿Qué significa esta noción de Identidad? Proviene pues de la noción griega de Ser. Ser es siempre ser algo determinado. El que sea idéntico consigo mismo, significa que excluye a su opuesto, su No-ser o la indeterminación de sí. Recordemos que el No-ser de algo, Platón lo planteará en término de lo diferente a sí mismo. La identidad consigo mismo significa pues, la completa determinación de su ser. La siguiente cita pueda ayudar a aclarar más esta noción:

“Para Platón, como antes indicábamos, lo que hace que un ser sea verdaderamente un ser, es que sea lo mismo con respecto a sí mismo. La verdadera realidad se encierra en la permanencia de lo que siempre es lo que es, o en lo que es idéntico a sí mismo. La persistencia de la autoidentidad propia, que se manifiesta como absoluta unidad y mismidad, constituye el rasgo más intrínseco de lo realmente real, que es el ser o Idea. En el pensamiento platónico, cuanto más ser tiene una cosa, tanto más cognoscible es. Las Ideas al ser lo máximo como ser, son lo más inteligible” [18]

Pero siguiendo con el texto de Gutiérrez, se verá que esta unidad no es absoluta: No solo porque la noción de Koinonía y la determinación a partir de otras Ideas de su “lugar”, sino también porque la propia Idea requiere de otras Ideas para definirse, muestra así cierta multiplicidad. Así se dirá que constituye una mayor unidad de sentido que lo sensible pero sin llegar a ser absoluta. [19] Es por ello que se hace necesario, siguiendo con la noción de fundamento de la República V, un criterio para definir los diversos grados de Unidad. Este será la Idea de Unidad misma. [20]

Este principio-criterio será la Idea del Bien. Pues, es la causa de la determinación del ser de las Ideas, de que sea inteligibles. Es el principio rector de la Koinonía de Ideas también. Así, el grado de unidad (determinación) y de ser de todos los entes, tanto inteligibles como sensible, se define por la mayor o menor participación, por su proximidad o cercanía a la Idea de unidad”[21]

En el artículo de Thomas Szlezák[22], se puede entender mejor esta noción:
“En lugar de guiarnos por alguna concepción filosófica moderna, debemos tener en cuenta – como ha insistido una y otra vez H.-J. Kramer desde sus primeros trabajos- la equiparación mencionada por Aristóteles entre en = agaqon (Uno = Bien) Como fin de todo deseo (505 d 11-e2), el Bien le otorga la unidad de la persona al sujeto del deseo: solo la vida conforme a las virtudes ayuda a superar la multiplicidad que se da con el mal y la escisión interior, ser “bueno” en sentido ético significa para Platón pantapasin ena genomenon ek pollwn ( “de muchos volverse completamente uno”, cf. 443 e1)”[23]

Podemos llegar a esta noción de Unidad, también,  a partir de la Koinonía esbozada en el Parménides de Platón. Al respecto Gutiérrez dice:
“Este todo, a su vez, no está en cuanto todo en las partes, ni en la totalidad ni en alguna de ellas. Pues al estar en la totalidad de las partes, tendría que estar completamente en una de ellas, y por consiguiente, no podría estar en las otras. Pero, en realidad, tampoco está en algunas de las partes, pues de ese modo lo mayor – el todo –estaría en lo menor- una, algunas o todas las partes-, cosa que evidentemente es imposible. (…) En consecunia, si no está en las partes ni en sí mismo, solo queda que esté en otro (en eterw, 145 E5).”[24]

Así se llega a la noción de Uno como el correlato del Todo. Parece así pues, demostrarse la idea de que Platón iguala el Bien como lo Uno, y este sería el principio o fundamento de todo lo que es. Y se entraría en contradicción con lo planteado por Badiou acerca de Platón, sobre el No-ser de lo Uno. Pero a toda esta argumentación, sucede que se menciona algo que tiene:

 “ausencia total de unidad y, por ende, de límite y determinación: los otros que lo uno no son ni uno múltiples, ni todo ni partes, puesto que de ningún modo participan de lo uno (159 D). Por eso se refiere a ellos como “naturaleza diferente de la Idea” ( etera fusiς  tou eidouς), que, en sí y por sí no es más que multiplicidad indeterminada ( apeiron plhqei, 158 C5-7). En consecuencia, se ha reducido toda la realidad a lo uno y los otros (159 C1).”[25]

Así, como también señalara Szlezák para la tradición oral sobre Platón, aparece que la realidad sería lo Uno (lo inteligible) y lo Otro (lo completamente indeterminado). Ambos autores señalan en que Platón  no termina de explicar esto. Solo se señalara que hay un tipo de Koinonía diferente entre ellos  y que a partir de ellos surge algo diferente.

“Y esto diferente es aquello que otorga límite y la determinación a los otros que lo uno, y, en ese sentido los convierte propiamente en partes distintas entre sí. Eso “diferente” que surge de la interacción de lo uno en sí y los otros que lo uno privados completamente de unidad, tiene que ser  “una cierta Idea” (157 D8), un “todo uno acabado que tiene partes”, es decir la Idea como algo uno y múltiple a la vez, como un todo perfectamente estructurado y que funciona como principio de límite y determinación de los otros completamente carentes de unidad. (…) Así tendríamos la Idea de unidad  como principio de ser y inteligibilidad de las Ideas”.[26]

¿Es posible tal Idea de Unidad? ¿O es un nuevo tipo de Idea, cuyo ser no se relaciona con lo Uno?  Recordemos que esto que se menciona, lo Uno y lo Otro, es la totalidad de lo existente. La idea de lo Otro, carente de estructura, parece remitirse a una noción que desarrolla Platón en el Timeo: La de Khora.  Es, pues, la noción que desarrollaré a continuación.

La Khora como lo Otro.

En el Timeo[27] se menciona la Khora como aquel receptáculo que recibe las formas de lo Inteligible, pero que no se deja transformar por ella, o mejor dicho, no adquiere estas formas.  Es pues, principio junto con las Ideas de la naturaleza o physis: De su interacción sale el cosmos.

Esto sería un resumen breve de lo que expone dicho dialogo sobre el concepto. Pero, en realidad, la noción de Khora es mucho más compleja. Para desarrollar este análisis, me basaré básicamente en el libro de Jacques Derrida, “Khora”[28].  Sobre esta noción dice:

“lo que Platón designa bajo el nombre de khora parece desafiar, en el Timeo, la “lógica de no-contradicción de los filósofos” de la que habla Vernant, esa lógica “de la binaridad, del sí o no”. Participaría pues, acaso, de la “lógica distinta de la lógica del Logos”. La khora no es ni “sensible” ni “inteligible”: permanece a un “tercer género” (“triton genos”, 48e, 52a). Ni si quiera puede decirse de ella que no es ni esto ni aquello, o que es a la vez esto y aquello. No basta con recordar que no nombra ni esto ni aquello, o dice esto y aquello”.[29]

Aquí Derrida trata de expresar la imposibilidad de saber qué se está nombrando bajo ese nombre. Es algo que no podemos conocer ni definir. Solo llegamos a esta noción, por un razonamiento bastardo, dirá Timeo. Se anuncia “como en un sueño” (52b)

El traducirlo lleva la misma suerte: “ Ya incuban al nombre mismo de khora (lugar, sitio, emplazamiento, región , comarca) o a lo que la tradición denomina las “figuras” –comparaciones, imágenes, metáforas – propuestas por el propio Timeo (madre, nodriza, receptáculo, porta-matriz), las traducciones están presas en redes de interpretación”. Hay, pues, una imposibilidad del nombrarla en toda su cabalidad. Pero lo mismo que sucede para nombrarla, sucede ella respecto al mundo y lo Inteligible: Se sustrae a toda determinación.
A lo largo del todo el texto derridiano, se verá como la Khora no es ni Eidos ni mimemas (ni inteligible ni sensible), no tiene nada propio y permanece informe (amorphon). Pero no es algo abstracto.

“Khora “quiere decir”: sitio ocupado por alguien, país, lugar habitado, sede designada, rango, puesto, posición asignada, territorio o región. Y, de hecho, khora ya estará siempre ocupada, investida, incluso como lugar general, al tiempo que se distingue de todo lo que toma sitio en ella”[30]

Dirá que Sócrates muestra como solo la pertenencia a un lugar autoriza la verdad del logos. Por eso el filosofo y el político hablan con autoridad, tienen un lugar en la polis por naturaleza y educación. Es, pues, la Khora, necesaria para la Verdad del Logos. Los poetas y sofistas no tienen lugar, son vagabundos, no deben ser escuchados. Pero Sócrates dice que se asemeja a los Sofistas (los sin lugar), pero solo se asemeja y les habla a los filósofos y políticos. ¿No estaría tomando el papel de la Khora, “un “lugar” donde toda se marca pero que, “en sí mismo”, esta sin marcar”[31]?

Así Derrida concluirá en su escrito como la noción de Khora pondrá límite a la filosofía. Esta más allá de la lógica de lo inteligible y lo sensible, de lo cual habla los filósofos. Pero es necesaria para que este logos tenga verdad. Así es como necesaria para que la naturaleza, el devenir, tenga lugar. Es pues, la madre de ambos, a la cual solo el filosofo puede acercarse indirectamente, como en sueño, sin nunca poder develar su sentido.
¿No es la noción de Khora el Otro del que se hablo en la sección anterior? No es una idea, es carente de todo uno  o determinación. Es el principio de la realidad, junto con las Ideas.  Al no ser inteligible o determinado, no podemos hablar de él. Por eso Sócrates no lo logra articular, por eso el aparente silencio. La Khora es siempre lo Otro.


El No-Ser de lo Uno y la afirmación de lo Otro:
¿Puede seguir afirmándose el No-ser de lo Uno en Platón? Hemos visto en este escrito 3 momentos:
En un primer lugar, con Badiou, vimos el No-Ser de lo Uno a partir de un análisis del Parménides.  Ser será la multiplicidad carente de todo límite, la multiplicidad inconsistente. Las ideas generan la inteligibilidad de los entes a partir de su operación-la participación-, la cuenta-por-uno.

En un segundo momento, vimos como a través de la Idea de Koinonía y Unidad, se llega a la noción de fundamento de Platón. Se verá como el principio supremo de las Ideas, la Idea del Bien, se igual con lo Uno. Aparece la noción de lo Otro y que esta no es desarrollada del tono en la obra platónica.

En un tercer momento, se desarrolla la noción de Khora a partir de la interpretación de Derrida. Se ve las dificultades de nombrarlo, pues una noción que escapa a toda definición por su propia realidad. Se igual a lo Otro, carente de todo unidad y que algo distinto a la Idea.

El punto 1 y el punto 2 parecen entrar en contradicción: Uno afirma el No-ser de lo Uno mientras que el otro habla de lo Uno como principio supremo de lo que es.  ¿Es posible una salida? ¿O la misma filosofía de Platón es contradictoria?

Parece que si vemos lo sugerido por Szlezák no hay contradicción alguna. La misma tradición indirecta sobre Platón afirma la coexistencia de ambos principios. “Hay dos principios últimos que explican toda la realidad: Lo uno y la díada indeterminada”[32] Bajo la misma línea parece ir el Timeo, al afirmar que la naturaleza sensible está conformada por la interacción de ambos, como hemos visto. Incluso las metáforas de la Khora como Madre en este libro[33], se complementa perfectamente con la del Sol como Padre de la cual nos habla Szlezák[34].

Pero hay que tener en cuenta la conclusión del Parménides:
“Digámoslo entonces, y también que, según parece, tanto que haya un Uno como que no lo haya, él y los Otros, con respecto a sí mismos y en sus relaciones mutuas, son absolutamente todo y no lo son, parecen serlo y no lo parecen.”(166 c)

Así pues, esta conclusión lleva a pensar que sea la afirmación de uno de los dos, o la negación de uno de ellos, lo mismo es: Se llega a la completa indeterminación, “son absolutamente todo y no lo son, parecen serlo y no lo parecen” (166c). ¿No es pues, al final la prueba de que el principio último de la realidad es lo Otro, lo completamente indeterminado? La reflexión de Platón en este libro parece apuntar a que es posible lo Uno, lo determinado, a partir de lo Otro.

Esto va de la mano con lo que se vio con Badiou: para no caer en una contradicción con la presentación debemos negar el ser de lo Uno.  Entonces, hay que afirmar que el Ser en tanto ser es multiplicidad pura, inconsistente. El Ser es lo Otro. ¿Y dónde queda lo Uno como principio?

La idea de lo Uno responde a la idea de la determinación de las cosas.  La lógica de lo Uno responde a esa noción de identidad.  Como se vio, la idea suprema es la total identidad consigo mismo, su autodeterminación absoluta. El mundo parece determinado, sigue cierta regularidad. Por lo menos, esa regularidad la podemos encontrar a través del razonamiento, lo cual va a llevar a Platón a postular la teoría de las Ideas. Sin ellas, como mostrará en el Teeteto[35], no es posible la regularidad, todo sería devenir absoluto, sin determinación alguna.

Sigamos entonces la Idea del Ser como Otro y la noción de “hay” Uno de Badiou, no como el ser mismo sino como efecto de la estructura de lo Otro. Cito a Heidegger para empezar a entender esta noción “kwra no podría querer decir: lo que se separa, se aparta de toda cosa particular, lo que se borra, lo que de ese modo admite justamente otra cosa y le da sitio?”[36]

Así parece pues que lo Otro se aparta, se sustrae a toda presentación para “darle lugar” a la misma. Esto va claramente con la Idea de Badiou del Ser como Vacio. No entendamos la noción de “dar lugar” como meramente espacial, sino como una cualidad ontológica, el ser haciendo que el ente sea. Esto se genera a partir de la propia cualidad de lo Otro, el Vacío, lo que le hace ser único.  Es pues siempre Otro de cualquier otro. ¿Y esto no supone ya una Diferencia, entre el Vacío y lo que no-es-el-ser-en-tanto-ser? Con la Diferencia viene la determinación, la identidad.[37]

Es, pues, su Otredad, lo que hace su propia estructura. Estructura que lo sustrae a toda presentación: No puede estar en la presentación porque es siempre lo Otro. Pero, como vimos, habiendo una estructura, hay Uno, cuenta-por-uno, determinación. La estructura, tal como se sigue de la argumentación de Badiou, parece ser la Idea platónica. La “estructura” del Vacio o de lo Otro, el ser siempre Otro de lo otro, es la cualidad que hace único al nombre propio del Vacio. “ Así, que el nombre del vacío, una vez generado retroactivamente como un-nombre por el múltiple –de-nada, sea único, no significa de ninguna manera que “el vacío es uno””[38]Prueba de ello será que los teólogos mismos diferencia la noción de “Dios es único” con la de “Dios es uno”, dirá Badiou.

¿No es, pues, esta unicidad a la que hace referencia la noción del Bien, Idea-Estructura? Solo podemos saber de esta, retroactivamente, a partir de la presentación ya estructura. Lo más inteligible es la noción de lo único, la unicidad; que sin embargo, nos sitúa en el punto donde ya no hay inteligibilidad: El ser-en-tanto-ser, lo múltiple inconsistente. Hasta allí llegan los filósofos, más allá, solo el sueño.

En República V se toca la cuestión del fundamento. A través del ascenso dialectico se llega a la Idea Suprema del Bien. Es el punto último para la inteligibilidad, pero nos va a remitir a algo que no podemos hablar . No hay Padre  sin Madre. La noción de lo Otro es desarrollada aquí,  no solo porque el tema es sumamente extenso para los fines del diálogo, sino porque no se puede hablar de ella, al no ser inteligible en sí misma. El silencio del filosofo, abre paso al Sueño. Pero eso no mina su noble tarea. Como demostrará Szlezák[39] a lo largo de su artículo: lo expuesto basta para poder hablar sobre una Polis Justa; la labor del filosofo hacia ella no es mermada por el Khora; al contrario, esta ayudará en la labor, al “darle lugar”, autorizando la verdad de su logos, dirá Derrida[40], interpretando el Timeo.


Bibliografía:
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2011      Khora. Primera edición. Buenos Aires: Amorrortu.
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2009      Dialéctica, Koinonía y Unidad. República V y las hipótesis I y II del Parménides. En PERINE, Marcelo (org.). Studos platónicôs : sobre o ser o aparecer, o belo e o bem. São Paulo : Edições Loyola
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2003      La Idea del Bien como arché en la República de Platón. En GUTIÉRREZ, Raúl (ed.) Los símiles de la República V-VII de Platón. Lima: PUCP. Fondo editorial




[1] Platón
2005      Parménides. Primera edición. Madrid: Alianza Editorial
[2] BADIOU, Alain   
2010      La filosofía, otra vez. Primera edición. Madrid: Errata Naturae, p. 28.
[3] Id. p.29
[4] BADIOU, Alain
2010      Segundo manifiesto por la Filosofía. Primera edición. Buenos Aires: Bordes Manantial, p.23.
[5] GAGO, Verónica
 2012     Platón para todos. Revista Anfibio. Crónicas. Argentina, 31 de mayo. Consulta: 23 de junio del 2012
[6] BADIOU, Alain
2007      EL ser y el acontecimiento. Primera edición. Buenos Aires: Manantial, p.33
[7] Id. p.45
[8] Ib.
[9] Id. p.46
[10] Ib.
[11] Id. p.47
[12] Id. p.49
[13] Ib.
[14] Platón
2003      Diálogos IV: República. 4ta reimpresión. Madrid: Gredos.
[15] Gutiérrez, Raúl
2009      Dialéctica, Koinonía y Unidad. República V y las hipótesis I y II del Parménides. En PERINE, Marcelo (org.). Studos platónicôs : sobre o ser o aparecer, o belo e o bem. São Paulo : Edições Loyola
[16] Id. p.119
[17] Id. p.121
[18] PIFARRÉ, Lluís
1989      El Itinerario del Ser.  Primera edición. Barcelona: Promociones y Publicaciones Universitarias. 
[19] Gutiérrez 2009 p.122
[20] Id. p.121
[21] Id. p.125
[22] SZLEZÁK, Thomas Alexander
2003      La Idea del Bien como arché en la República de Platón. En GUTIÉRREZ, Raúl (ed.) Los símiles de la República V-VII de Platón. Lima: PUCP. Fondo editorial
[23] Id. p.103
[24] Gutiérrez 2009 p.133.
[25] Id. p.134
[26] Id. p.135
[27] Platón
2009      Diálogos II. Trigésimo primera edición. México D.F: Editorial Porrúa.
[28] DERRIDA Jacques
2011      Khora. Primera edición. Buenos Aires: Amorrortu.
[29] Id. p.16
[30] Id. p.51.
[31] Id. p.52
[32] Szlezák 2003. p.90
[33] Derrida 2011 p.23
[34] Szlezák 2003 p.105
[35] Platón
2009      Diálogos I. Trigésimo primera edición. México D.F: Editorial Porrúa.
[36] HEIDEGGER, Martin
2003      Introducción a la Metafísica. Quinta reimpresión. Barcelona: Gedisa, p. 67
Prefiero usar la traducción de Derrida (2003,  p.89)
[37] Los trabajos de Deleuze, como el libro “Diferencia y repetición”, son muy ilustrativos al señalar este punto: como a partir de la Diferencia pura surge la identidad y no viceversa.
[38] Badiou 2007. p.107
[39] Szlezák 2003.
[40] Derrida 2011 p.50

lunes, 11 de junio de 2012

Sobre Alain Badiou o la lucha por lo Atemporal

Últimamente ando leyendo muchos escritos del filósofo contemporáneo Alain Badiou. En la actualidad, es uno de los grandes referentes filosóficos. A mi me llama mucho la atención la tarea que se propone realizar: Refundar los conceptos de ser, sujeto y verdad. En la contemporaneidad, ya no es posible hablar de verdad, sino de lenguaje, todo es intersubjetivo y no es posible un acceso al ser de las cosas, sino a solo como las percibimos a partir de nuestro pensamiento. Contra ello, Badiou se revela. Cree que es posible acceder a un verdad eterna, que no todo es lenguaje y que puede haber una ciencia del ser en tanto ser, una ontología de lo múltiple. No pienso entrar en detalle sobre él, no es el objetivo de este escrito. Aquí pienso presentar solo algunas citas, que sirven para la reflexión.

Antes, quisiera hacer una breve reflexión acerca de pensar en torno a lo planteado por un filosofo. Si entendemos a la filosofía, por esa búsqueda incansable del fundamento, de una "verdad" o principio que permita dar sentido a nuestro existir, la confrontación con un filosofo, es la confrontación con lo universal. Incluso, reconociendo que es una verdad situada en un tiempo-contexto, es la manifestación de este universal por medio del espíritu de un tiempo; es como esa verdad cobra sentido en un tiempo determinado. Por lo tanto, la reflexión de hoy será acerca de la proposición de un fundamento para nuestro tiempo, la Contemporaneidad.

Pasemos a las citas:

1.
"Por supuesto, el sujeto fiel es todo aquello que oriente al amor hacia la potencia efectiva del Dos que él instituye. Es la incorporación misma, el hecho de que fragmentos incesantemente más numeroso y más intensos del mundo comparezcan ante el Dos en lugar de quedarse replegados en la satisfacción o descontento narcisistas. Observemos, de paso, que el amor es como un átomo de universalidad: no la universalidad transcultural (el internacionalismo político, la comunida de los científicos, etc.), sino la universalidad transindividual. Al pasar de uno a dos, y al experimentar el Dos hasta el infinito (puesto que todo elemento del mundo es susceptible de ser tratado por un cuerpo de amor), el amor es el primer grado del pasaje del individuo a un inmediato más allá de sí mismo. Es la forma elemental de sublimación de la singularidad en la universalidad. Por eso, como es sabido, el amor, las historias de amor, apasionan a la humanidad desde siempre. En él se enuncia de modo elemental que vivir, lo que se llama vivir, no es reductible a los intereses individuales, sino a la manera en que el mundo se expone a "nosotros", por más limitado que sea ese "nosotros" y por más arriesgada que sea su construcción aleatoria a partir no de lo que es, sino de lo que "nos" ocurre." (Segundo manifiesto por la filosofía, 2010)

Me parece increíble la forma como se captura la esencia del amor en esta reflexión. Lo interesante es que Badiou plantea que el amor es una de las fuentes que producen verdades universales y eternas. Las relaciones humanas, cuando son una salida de uno mismo hacia el otro, son capaces de romper con las estructuras dadas y establecer un nuevo sentido unificador de lo existente, que no solamente sea válido para los amantes sino para todas las personas en general (eso es el concepto de Badiou de Verdad). Y este concepto de Amor, parece contraponerse al tipo de relaciones que suceden en nuestro tiempo: Liquidaz, sin estructura, fugaces, superfluos. ¿Será posible que este tipo de relaciones logren constituirse como Verdades? Hay que tener en cuenta que cuando surge una Verdad, hay una lucha por el reconocimiento de esta como tal, entonces la pregunta sería: ¿Es posible luchar para que alguna relaciones "líquidaz" (en el concepto de Baugmann) sea Verdad y reoriente nuestro tiempo o solo es posible desde la profundidad de la entrega de lo que tradicionalmente se entiende como Amor? Incluso, el concepto de amor no queda claro, pero sera fuente de fundamento cuando llegue a replantear un nuevo sentido en la vida de los hombres (en todos los tiempos), independientemente de la forma en que se presente.

2.
"Nuestro mundo, ustedes lo saben, está marcado por su velocidad: la velocidad del cambio histórico, la velocidad del cambio técnico, la velocidad de las comunicaciones, de la transmisiones e, incluso, la velocidad con la cual los seres humanos establecemos conexiones entre nosotros. Esta velocidad se expone al peligro de una enorme incoherencia. Las cosas, imágenes y relaciones circulan muy rápido, de manera que no tenemos tiempo si quiera para calibrar la extensión de todo aquello que es incoherente. La velocidad es la máscara de la inconsistencia. La filosofía debe proponer un proceso de ralentización. Debe construir un tiempo para el pensamiento que, frente al mando de velocidad que enmascara la inconsistencia, constituya un tiempo de lo propio, y sólo este tiempo aminorará la aceleración.... Este pensamiento, lento y en consecuencia rebelde, es el único capaz de establecer el punto fijo, cualquiera que sea, sin importar cuál sea su nombre, que necesitamos para sostener el deseo de filosofía" (La filosofía, otra vez; 2010)






El filosofo se alza contra aquello que no es afin a la Verdad, a lo real. La extremada velocidad de nuestro tiempo es contra lo que se revela. La velocidad que no permite distinguir la información del conocimiento, la velocidad que nos desarraiga de la latencia del sentir de nuestro propio cuerpo. La velocidad del mundo no nos da tiempo para poder reflexionar, pues la reflexión es un "volver-sobre-sí" y ello significaría un detenerse, y no se puede detener ante el constante cambio y la feroz competencia. Sucede, pues, una desconexión con nuestro propio ser. Para combatirlo, Badiou propone un tiempo propio, marcado por la filosofía. La base para dicho tiempo será ese punto fijo, que llamamos Verdad. El sería nuestro guía, del cual nos podemos anclar para poder procesar y pensar mejor nuestro tiempo. 


Ahora me parece interesante pensar el hecho de que nuestro cerebro es maleable, cambiendo para adaptarse a la nueva situación. De repente, podemos desarrollar una mayor velocidad en la procesamiento de la información, que nos permita adecuarnos. Por eso, la reflexión filosófica sobre este punto, debe ser acompañado con los estudios del cerebro y su cambio ante las nuevas tecnologías y como se adapta nuestro propio cuerpo. Junto a ello, debe reflexionarse sobre ese proceso de adaptación que se podría dar desde la manipulación genética


3.
"En el fondo, todas estas historias sobre la opinión, su libertad, su sondeo y su autoridad equivalen a decir, que, en materia de política (pero finalmente, como veremos, en todo lugar donde un pensamiento parece requerirse), no hay que alegar principios, salvo el principio de que no hay principios. El demócrata agregará de buena gana que sostener principios como si fueran absolutos es lo propio del totalitarismo. Sonriendo con amabilidad, visto nuestro retraso mental, evocará el proverbio: "solo los imbéciles no cambian de parecer"...
¡Diablos, diablos!, dice el filósofo abrumado por el discurso de su tiempo. ¡Es muy fuerte! Veámoslo más de cerca. Y entonces le pregunta al demócrata: si no hay principios, ¿qué hay, qué es lo que hace que la diversidad de opiniones se aferre a algo real? O bien, ¿qué es lo que hace que la decisión sea algo diferente de seguir la corriente como perro exhausto?" (Segundo manifiesto por la filosofía, 2010)

Es interesante como Badiou crítica la democracia en tanto la expresión de opiniones, de la afirmación de que solo existen cuerpos y lenguajes que interactúan entre sí. Ahí no hay lugar para los "principios". Todo puede ser opinión y no hay lugar para un arraiga hacia algo real, porque el enunciado que busque eso, tendrá el mismo peso que la opinión, sería igual de válida.  Se debe plantear entonces vivir bajo principios-verdades universales. Estas son excepciones a los cuerpos y lenguajes. Pero deben reorganizar nuestro vida social-política: Generar un nuevo sentido a nuestro ser-social, un sentido compartido por toda la comunidad humana, cuyas particularidades las apropian según su propio horizonte. Recordemos que las verdades producen rupturas de estructuras que perdían su sentido unificador, pero es una lucha constante para que esa acontecimiento producido, genere un nuevo sentido. La idea es que mediante mecanismos de dialogo y concenso busquemos que el acontecimiento se arraigue, cumpla con producir sentido para el existir de la humanidad. Es pues una búsqueda, un desafió, pero parte por el reconocimiento de que es posible la excepción, el principio en el campo de lo político.

martes, 5 de junio de 2012

¿Discovery Channel o Disney?

No sé si les ha pasado, pero han habido momentos en que no he podido decidirme entre quedarme viendo los documentales de Discovery Channel o cambiar a ver una película de Disney. Si, si veo aveces ese canal a pesar de mi edad. ¿Pero quién no lo ha hecho alguna vez, siendo incluso mayor? ¿Quién no quiere recordar su infancia, época de alegrías y sin preocupaciones? ¿Quién no vuelve a soñar viendo esas historias?  Muchas veces se prefiere ver esas historias de fantasía, a ver documentales, donde te muestran la realidad de una manera obviamente interpretada, con muchos supuestos, pero real al fin y al cabo. Realidad donde se habla de asesinos en series, los accidentes más trágicos de la historia, las grandes catástrofes.

Todo ello me lleva a pensar, ¿porqué no buscamos la fantasía antes que la realidad? Podríamos imaginar vivir en un mundo distinto al que percibimos, donde creemos que las cosas son diferentes a como se presentan. ¿Y cómo se presentan "en realidad"? Eso si es muy difícil de responder. Esta pregunta "¿Realidad o fantasía?" somos capaces de formularla a partir de lo que nos he enseñado nuestra experiencia: Que el mundo, aparentemente es contingente, que lo que sucede puede ser distinto.

Pero esto último, lleva a varias reflexiones. Primero, a que gran parte de lo que definimos como "lo real", proviene de nuestra experiencia, más precisamente, del pasado. Pero en tanto pasado, recurrimos a la memoria y la memoria no siempre "recuerda" la totalidad de que sucedió o tal como sucedió. Es más, ese "tal como sucedió" es un postulado a partir del cuál actuamos o pensamos. No podemos saber de ese "tal como sucedió" porque el pasado es siempre abierto en tanto memoria y el presente es una mezcla de lo que percibe mis sentidos y mis estructuras cognitivas (no necesariamente biológicas sino "racionales", los conceptos con los cuales me acerco al mundo).

Ahora podrían haber dos tipos de "fantasía". La posible y la imposible. La posible sería entendida como lo distinto a lo que sucede. Digamos que si ayer llovió, la fantasía posible habría sido que no hubiera llovido. Mientras que la imposible, sería que sucede algo que no puede suceder. Digamos que esta prohibición vendría a partir de la existencia de ciertas estructuras que rigen el suceso y que delimitan las posibilidades. Si ayer llovió, algo imposible habría sido que lluevan camionetas. Pero, ¿como sabemos cuales son las leyes de lo posible? ¿Existen tales leyes incluso? No podemos conocerlas en su totalidad pues tendríamos que conocer todo y eso no es posible, pues incluso si conociéramos todo, cómo sabríamos que no hay algo más, sin el límite es la nada y que por definición no sería algo, por lo tanto no podríamos saber el límite, pues  siempre es entre dos lados. Entonces, esa delimitación entre lo posible y lo imposible no es clara.

Incluso yo cuestionaría el principio de la contingencia, en el que se basa la fantasía. Esto supone que puede suceder algo distinto a lo que sucedido. Se basa en la experiencia. Otra vez, con el ejemplo de la lluvia: Hoy llovió, pero pudo no hacerlo, dado que no siempre llueve. Pero, la contingencia es una abstracción, es un "proceso" que realizamos a partir de la conexión y comparación de sucesos. Pero cada suceso es único. En tanto único, no puede ser de otra manera. Es como decir, yo soy Julio, con tales características, si soy de otra manera, ya no sería Julio. Si no fuera único, entonces podría volver a suceder. Si esto pasará, sería eterna repetición. Lo sucedido tiene una historia que forma parte de él y una apertura hacia el futuro. Si vuelve a suceder, volvería a suceder toda su historia y tendría que pasar el mismo futuro que paso antes. Sería un ciclo eterno. Ya no habría pues contingencia, sino necesidad: de que suceda lo mismo que sucedió.

Con toda estas reflexiones previas, volvamos al tema de que elegir: Discovery o Disney. ¿Qué pasaría si viviera siempre en la fantasía? Como hemos visto, esa distinción entre lo real y lo fantástico, no es clara. Incluso, se ve que en ella interviene nuestras formas mismas de conocer. Entonces, sí podría ser posible, al parecer, vivir en la fantasía, en la construcción a partir de lo que nosotros queremos. Pero, un momento: ¿Si yo imagino que puedo atravesar paredes, puedo hacerlo? Con esto voy, que si bien nuestra relación con el mundo se da a partir de nuestros procesos mentales y lo sensible, hay cierta parte del mundo en la que no tenemos control. Esa es la realidad, lo Real. Estamos arrojados en un mundo, que tiene sus estructuras propias, sus propias características. Cuando crees que es distinto a lo que es (por más que ese es sea difuso, no significa que no sea) puede que se choque con una pared, la de lo Real.




Incluso en la Fantasía, lo construido o imaginado por nosotros, hay lo Real: Ya sea por medio de los bloques que usamos para construirlas (las imágenes y cosas sensibles que usamos para imaginar) o por medio de la misma forma de nuestro pensamiento (sucesos con tiempo  y extensión espacial), las características propias de nuestro pensar; hasta el mismo hecho de poder imaginar,  significa que tenemos esa condición.  Todo esto denota nuestra condición de "arrojados" a un mundo ya dado, la misma condición de arrojamiento es prueba de ello. Si bien nuestra manera de estar en el mundo es mediante la relación entre nuestro pensamiento-lenguaje y las "figuras" sensibles que recibimos, estas últimas tienen base en algo distinto a nosotros mismos. No todo proviene del sujeto (o inter-subjetivo en términos contemporáneos), tenemos acceso a una realidad distinta de este.

Entonces, por nuestra condición de estar-en-el-mundo, debemos estar en conexión con lo Real, lo ya dado. Porque si fuera lo contrario, eventualmente terminaríamos chocando con ello y no podríamos seguir "avanzando". Osea estamos en el mundo y vivimos en relación a este, por lo tanto tenemos que interactuar con sus propias estructuras. Si bien esta interacción se da por medio de nuestro pensamiento (lenguaje, sensibilidad, etc) y es creación, no es ex-nihilo. Se crea a partir de la historia-lenguaje y de los datos de la sensibilidad, que tienen raíz en lo Real. No debemos pensar en que nuestro pensamiento es un espejo de la realidad, como la hacia la modernidad, pero tampoco que es un mero reflejo de nosotros, intersubjetivo, como lo hace la posmodernidad. Es una combinación de ambos, hay cierta apertura hacia lo Real, se arraiga en este. Claro que es nunca acabado, nunca se agota, se puede transformar pero si hay esa posibilidad de acceder, de tener un fundamento.

Ante esta condición se abren diferentes retos:  Como debemos vivir en el mundo, tenemos que adecuarnos a sus estructuras. Por eso buscamos conocerlas, conocer sus constantes o leyes, no solo para no repetir el proceso de aprendizaje, sino para evitar posibles daños o conseguir mejores beneficios, sabiendo que si se hace "x", sucederá "y": con ello se ve la condición de predecir del conocimiento. En la contemporaneidad conocemos los límites de la ciencia (que estudia las leyes de los diversos ámbitos del mundo): la falsabilidad, el problema de la inducción. Junto a ello esta el hecho de que nuestros conocimientos son interpretaciones del mundo (marcados por nuestra historia, nuestro lenguaje, nuestra cultura, etc). Parecería que no podríamos echar raíces en lo Real. Pero lo Real esta dado, podemos referirnos a él. Por ejemplo, veo una computadora en frente mío y la señalo como tal. Obviamente es mucho más simple, si me refiero a objetos que si me refiero a sucesos humanos o cuando evoca a algo del pasado (siempre hay cierta dosis del pasado en todo). Mi lenguaje para referirme esta cargado de sentido, un sentido único, que gente de mi comunidad puede entender y tener en similar, mientras que de otras culturas, no lo entenderían de esa manera. Pero está la referencia. Ahí yace nuestra conexión, la raíz con la Materialidad, lo Real, lo dado o sucedido: con sus propias condiciones o estructuras, únicas o constantes.

El reto esta en construir, por medio del lenguaje, "conocimientos": estructuras constantes, que se repitan e incluso necesarias (con miras a los fines hablados en el párrafo anterior). En un primer lugar, esta encontrar la coherencia del conocimiento con los demás significados que se tiene de la existencia misma (concreta) (con ello esta toda la lógica) . En segundo lugar, esta en buscar "necesidades": Esto es así porque no puede ser de otra manera. Se puede buscar a través de ciertas ideas como "esto es así porque sino no existiría, entonces como existe, esto es así"; (el principio antrópico)  o ciertas necesidades  o condiciones en nuestras mismas formas de conocer (Kant) o de presentarse los sucesos (Badiou). En tercer lugar, la validación del conocimiento debe ser mediante el contraste con los otros, como propondrá Kant. Esto porque el conocimiento es social (como vimos por el lenguaje que viene con una historia de significados). Viene así el reto del diálogo con los otros para poder vivir. Con el diálogo viene la traductibilidad, que significa el hecho de poder dialogar entre personas con marcos de sentido distintas, debemos buscar crear puentes para poder entendernos sin eliminar esos marcos, sino que permitan un enriquecimiento de ambos horizontes.

Como vemos, el conocimiento es un campo de batalla, nunca agotado, en constante cambio. Personalmente, me llama la atención la búsqueda de consensos y la traducción abierta, pero aún más mecanismos de necesidad o apodícticos: Se podría pensar de que no hay, pero, además de rendirse de antemano, es incluso proponer una ley: de que no hay. Esta idea parte de la visión del mundo como totalmente contingente, donde todo puede ser de otra manera. Pero como mencione arriba, la contingencia no es una condición del mundo, cada suceso es único o hay eterno retorno (recordemos que los sucesos son la materialidad + aquello que lo interpreta, y esos haría una característica, que si ha de repetirse, también tendría que repetirse esa interpretación, con toda su historia, recordando que la interpretación tiene un correlato material, en los procesos cerebrales). La contingencia surge a partir de la proyección de nuestra razón, al unir diversos sucesos, compararlos. Se podría decir que lo mismo se hace para encontrar leyes. Evaluamos sucesos y con ello encontramos las constantes. Pero es diferente: en la última, son leyes que gobiernan el mundo, características que se repiten en varios sucesos; la primera nos dice que un suceso pudo suceder de otra manera, cuando si es de otra manera, es otro suceso. No hay la posibilidad ni la necesidad en los sucesos, solamente "son, devienen, suceden". Estas aparecen en nuestro razonamiento. Y la contingencia desaparece si tomamos los hechos como únicos. Lo apodíctico no se contradice con ello: Como este hecho es único, tiene que haber ciertas condiciones previas que lo hayan generado como tal (el principio de causalidad) que necesariamente sean así para que si se "repiten" necesariamente produzcan ese suceso. Hay que descubrirlas. Y la necesidad no suprime el avance o la lucha. En otro post (aquí) he hablado sobre el concepto de apropiación: Así se encuentre un conocimiento necesario, el reto esta en darle sentido en nuestra existencia.

Lo interesante será ver la fundamentación o necesidad en el reino del deber, la ética. No hay nada que nos diga que esto debería ser así o deberíamos actuar de tal manera. Podriamos buscar su raíz en hechos sucedidos que nos llevan a pensar en ello (como ejemplo: después de las atrocidades de la segunda guerra mundial, se pronuncian los derechos humanos) o condiciones biológicas (la nueva esencia). Pero es un tema de otra reflexión, pero igual hay que tenerlo en cuenta a la hora de guiarnos por Discovery Channel.

No porque debemos vivir en el mundo y adecuarnos a lo dado, lo Real, debemos dejar de soñar. El reto es crear las condiciones necesarias para que dentro de nuestras posibilidades, podamos siempre hacerlo, pues lo sueños son expresión de nuestros deseos, de nuestro querer y el querer es parte de nosotros mismos. La fantasía no solo se expresa en nuestros anhelos de algo distinto sino también en nuestras propias explicaciones: Por nuestra propia forma de vivir, de estar-en-el-mundo, vamos más allá de lo percibido, le damos explicaciones y lo conectamos con otros sucesos que hemos experimentado. En las explicaciones muchas veces esbozamos creencias que no necesariamente podemos experimentar (no solo respecto a la religión sino también las motivaciones que llevan a personas a actuar. Por más que quizás uno podría decir, "ah pero si podemos conocer lo que pensaba una persona si nos lo comunica", no sabremos si nos estaba diciendo la verdad). Ahí se presenta un limite difuso entre lo que es fantasía  y lo que es real. Pero entonces de lo que se trataría es de dar creencias-explicaciones que tengan cierta conexión con otros sucesos (ciertas regularidades también en la experiencia) y que no terminen haciendo que nos estrellemos con esa pared que llamamos realidad y que esta fuera de nuestra voluntad (o de cómo quisiéramos que fuera): Por ejemplo, yo podría creer que Dios siempre me protege a partir de qué explico como me he podido salvar de un accidente. En base a esa creencia puedo pensar que cómo siempre me protege, soy casi indestructible, por lo cual termino lanzándome a un carro en movimiento y eso traería graves consecuencias. La fantasía sirve como también una forma de explicación pero debe mantenerse en ciertos margenes de lo que experimento a partir de mi cuerpo, lo real.

 Así que veamos ambos canales: No perdamos el rastro de lo Real, pero guiémonos también por ese ratón que nos enseña un mundo mejor. Tenemos que generar la eterna danza entre ambos, entre el león de las llanuras y Mickey Mouse.

viernes, 6 de abril de 2012

Preguntemos al espejo: ¿Un vino o una cerveza?

¿Alguna vez te has mirado en el espejo y has sentido que no sabes quién eres? ¿Si estas gordo o si estas flaco?¿De qué si ese vestido morado te hace ver bien o parecer una mora, con la única curva de la redondez? El espejo sirve mucho para hablar sobre nosotros mismos, sino no nos pasaríamos horas de horas frente a él intentado saber qué tal te ves. Tu cuerpo, lo que muestras, define parte de lo que eres.

Espejo no solo es aquel objeto que uno no conoce de qué esta hecho, pero que uno se sorprende ante su mágico efecto de reflejar. No es solo el espejo que tienes en tu cuarto o el que esta en el baño, con el cual buscas conseguir aquella sonrisa perfecta que piensas que te ayudara a conseguir una novia o un nuevo trabajo. Espejo es aquello que refleja, que muestra algo del mundo. Acudimos a él preguntando la famosa frase " Espejito, espejito, ¿qué tal me veo hoy?", que podría variar a la pregunta de ¿qué soy hoy?

Un espejo no es un fiel reflejo. La respuesta a las preguntas son al final respuestas de nosotros mismos, antes que las imágenes que se muestran en los espejos. Peor aún, puede que vayamos a una feria y veamos esas misteriosas cosas que reflejan distorcionadamente. La que nos muestran sumamente grandes, o extremadamente pequeños y delgados. Muy chistosos, ciertamente. Un niño de mucha suspicacia cree que en verdad que él es así. ¿Y cómo saber lo contrario, si es que quizás no conoce un espejo qué lo muestre de otra manera?

Esa crisis de identidad de no saber qué soy hoy, gracias a los espejos distintos y con los cuales no puedo hablar de una imagen fiel, es lo que produce el escrito de hoy. Pero mis espejos no son esos objetos frios, sino son de carne y hueso: Es lo que la sociedad habla sobre mí. Más específicamente una parte de ella, un monasterio, alegre y triste a la vez. Y la pregunta es por lo qué es la filosofía, al parecer tan propia de quién dice hacerlo. ¿O quizás no? Oh, una mayor crisis.

Veo en el reflejo a dos ilustres caballeros sentados en un bar, elegante, del parque Bolivar. Se hallan discutiendo sobre si se debería vivir y pensar consumiendo vino o tomando cerveza. ¡Oh que gran tópico! Una disputa trascendental, una muestra de voluntad de reflexionar más allá del monasterio o un claustro. Pero uno de los contendientes no pretende a ir más allá de los lugares elegantes, dignos de la aristocracia.

Ambos finos personajes coinciden en que su actuar debe ser bien acompañado de una bebida alcohólica. Esa bebida que produce tantas alegrias, buenos momentos con tus amigos del barrio, discutiendo tópicos tan existenciales como relatar que aquella chica que por fin te hizo caso, símbolo de un gran problema que por fin resolviste. Que también produce tristeza y melancolía, como cuando te das cuenta por fin de que perdiste a quién amaste o que ya las fiestas no te consuelan, que significa la perdida de la unidad originaria. Incluso como aquello que da muerte, como la causante de los accidentes de transito o la perdida de todo suelo de la existencia real. Todos esos efectos que produce la bebida de los dioses, la bebida que dejar salir nuestra inconsciente, nuestras raíces y genera un estado de ruptura de la cotidianidad, de lo que jamás hablarías en el día a día, inmersos en los mecanismos de defensa o construcción de realidad que tiene esta.

El hombre vestido usanza como la tradición, con ropajes casi como un sacerdote, empieza primero su discurso, muy acorde con su pensamiento este acto de iniciar él:
"Debemos tomar vino, digno de nuestra ilustre profesión. Solo unos pocos estamos llamados a poder saborearla como verdaderamente se debe. ¿Acaso nosotros podemos construir tan bellos zapatos que hoy traigo puestos? Tan bello arte, le corresponde por naturaleza al zapatero. Así como nosotros no podemos hacer zapatos, así el zapatero no puede sentir del buen vino, porque no le corresponde. Es nuestra misión, nuestra profesión. El  buen vino, es símbolo de una larga tradición de gallardos hombres, que desde la antigua Grecia, se han dedicado a preservar sus misterios. Somos llamados, unos pocos, a seguir con semejante culto. Debemos preservar la tradición, en ella esta escrita, las respuestas de una ciencia de los dioses, solo a unos pocos fue revelada. Por ello, debemos dirigir la sociedad, es nuestra función, como la del zapatero es hacer zapatos. Sin ella, no podriamos avanzar tanto, como sin nosotros, no se podrían conocer los secretos de los dioses"

El otro hombre, que no parecía "especial" en lo absoluto, escuchaba detenidamente. Una vez acabo el discurso, exclamo:
"Tu elogio a la importancia de la tradición de los pensadores es formidable. Sin ella, no podría haber un despliegue tan radical. Nos enfrentamos a cuestiones, interrogantes, que se nos muestran desde la antiguedad. Debemos escuchar a aquellos gigantes que decidieron darle develarlas, quitarles el velo y pintarles un rostro. Sino, no seremos lo suficientemente radicales. "Yo fui grande porque me apoye en hombros de gigantes". Pero precisamente, por eso, es debemos promover la cerveza. Lo que simboliza que es para todos y que se debe tomar en compañía. Un buen vino puede ser un gran acompañante durante un almuerzo a solas. Pero una cerveza jamás se toma sin un amigo como mínimo. Es algo que se toma en todos los rincones del mundo, en todas las "clases". Así es la filosofía, algo que todo el mundo puede y debe hacer. Solo basta con detenerse un momento de lo cotidiano, a través del ocio y verlo de una manera extraña, por medio del asombro. La embriaguez es esto. Todos pueden hacerlo. Basta con darnos cuenta de que vivimos en un el caos primordial, producto de esta embriaguez, que se nos revela muchas vez, y al cual, por lo general, huimos. Cuando ya no tenemos camino por donde huir, sucede esa ruptura. Todo hombre va a querer construir para poder vivir en él. Eso es el filosofar. Los filósofos fueron aquellos que fueron tan radicales que construyeron con el caos una ruta firma para vivir. Nuestra misión es por los pueblos invitando a todos a beber, a tomar la bebida de todos, la cerveza. Todos debemos caer en la embriaguez, crear un festival, para poder soportar con alegria la naturaleza del existir, caótico, vacío. Entre todos debemos construir caminos que nos permitan vivir, comunicarnos en este, que nos permita poteciar su naturaleza: La creación"

Una vez, escuchado el discurso de ambos caballeros, decidí dejar de mirar el espejo. Y me vi, más confundido: Aún no sabia si debía tomar un vino o quizás una cerveza. Y creo que no lo sabré. O ¿Si lo sé?



viernes, 30 de marzo de 2012

El Estado, correlato de lo Uno y el Bien Común


El Estado moderno es el correlato de lo Uno en la modernidad y sigue vigente hasta nuestros tiempos. La idea de lo Uno como Ser, empieza desde Parménides, y es fuertemente desarrollada por Platón. En su teoría, cada cosa existente participa de una Idea, que le da sentido. Es decir, lo múltiple, era suprimido por lo Uno, su fuente y su fin. Incluso se decía que lo múltiple, las cosas que existen y que percibimos, son una ilusión. Platón, llamo a esa Idea máxima, el Bien, a partir de ella surge todo lo demás.

Esta Idea de lo Uno se fue transformando a lo largo de la historia. Con la religión cristiana, la idea de lo Uno, se transforma en Dios, el origen de todo y el fin de todo. Incluso, la causa del sufrimiento del hombre, el pecado original, surge cuando el hombre afirma su individualidad al decidir comer la manzana. Es la ruptura con el Uno originario.

En la modernidad, se deja de lado la idea de Dios y el correlato de lo Uno se vuelve el sujeto, que es la Razón. Esa Razón es universal a todo hombre. El Estado, es su correlato político. El Estado se basa en la idea de la existencia de una razón universal, presente en todo hombre, donde, por medio de la deliberación, todos los que participan en ella, llegan al mismo fin, a la idea del Bien, común para todos, pues todos tienen la misma Razón. Todo el Estado, como el encargado de producir el Bien común, se basa en dicho supuesto.

Pero surgen varios problemas con esta concepción:

1) El supuesto de una Razón universal: 
No existe como tal. La razón es una cualidad del ser humano que nos permite alzarnos sobre el presente. Pero, se basa en las experiencias de cada individuo en particular y por lo tanto, lo razonable para uno, no es necesariamente lo razonable para otro. Hay un punto de inflexión. En la actualidad, se soluciona mediante el voto, donde se decide uno sobre otro de acuerdo a las correlaciones de poder. Pero esa idea igual queda latente.

2) El supuesto de Uno-Bien común: 
Lo uno no es. No existe un bien común, pues significa que las multiplicidades se rigen bajo un principio común, y sería la reproducción de la idea de que a partir del Uno, participa lo múltiple. Es decir, que su ser depende del ser de lo Uno. Ello se llevaría al correlato de pensar que el bien común está por encima del bien individual y que este debe estar en función al primero. El Bien individual existe en tanto que cada individuo, biológicamente determinado para sobrevivir, lo busca y esto lo entiendo como la satisfacción de las necesidades y deseos producidos por las características propias de nuestra especie (desde donde no solo se sobrevive, sino, por la razón-lenguaje, se genera nuevas necesidades) (esto es un esbozo)

Un Bien común piensa en la sociedad como un todo, con características propias, necesidades propias y formas de satisfacerlas. Suprime las particularidades y habla de generalidades. Obviamente esto se hace con la finalidad de poder gobernar una sociedad. Se piensa en qué es lo mejor para la sociedad. Y se hace esto, como digo, en función a un cálculo. Si se pensara en qué desea cada uno en particular, sería imposible gobernar, ya sea por una cuestión logística o por una cuestión de contradicción de deseos entre los individuos (A quiere esto y B también lo quiere, ¿cómo decidir?). Por eso, los liberales piensan que el mercado es donde esto es posible. Es interesante dicha tesis y se puede pensar en tenerla en cuenta para una política de lo múltiple.

En la idea del Bien Común, se encuentra la idea subyacente que hay necesidades y deseos que son comunes a todo hombre y que la sociedad y su correlato de gobierno, el Estado, deben buscar cumplirlos. Para que esto sea posible, deben existir tales características comunes y que sea posible acceder a ellas.

Pensemos primero sobre las características "comunes" en cada individuo. Prefiero llamarlas similares, porque significa que son propias de cada individuo, antes que pensar que existe algo así como una idea que subsume cada particularidad. ¿Es posible que existan necesidades y deseos similares en cada hombre? Se puede pensar en las necesidades para poder sobrevivir, partiendo del principio de que todo hombre busca hacerlo. Ello podría estar esbozado en los derechos humanos y en los estándares básicos que se piensan para que uno pueda sobrevivir. Pero no es solo sobrevivir, es inherente al hombre buscar satisfacer sus deseos y se supone que el Bien Común debe contemplar eso, no en tanto que satisfaciéndolos sino en brindar las condiciones necesarias para que sea posible tal satisfacción.

Me pregunto, ¿Por qué se procura la satisfacción de tales necesidades? Es decir, ¿Por qué pensar en el otro? De alguna manera, esto sucede porque uno mismo debe vivir en sociedad. Necesita de los otros, de sus capacidades para elaborar productos que uno mismo no puede producirlos o que solo no podría y por incluso, las necesidades socio-afectivas de uno mismo (también quizás derivado de lo mismo). Uno contribuye con su esfuerzo no solo a satisfacerse a sí mismo sino a los otros, a cambio, de que estos lo retribuyan. El mercado puede organizar esa contribución y retribución o lo puede hacer el gobierno. En este último caso se aplicaría lo escrito en el párrafo de arriba.

Ahora, me urge una interrogante: Si pensáramos solo en función a una contribución para una retribución, podríamos tranquilamente solo buscar contribuir con aquellos que nos afectan directamente o de cuya vida dependemos. Ahora, se podría decir que incluso nuestra contribución puede ser mayor a la retribución que recibimos. Por lo cual, no resultaría "racional" hacerlo.

Esto puede ir de la mano con el principio biológico de la sobrevivencia de la especie. Los individuos de la especie están determinados biológicamente para buscar la sobrevivencia de la especie, antes que incluso ellos mismos. En caso de que la especie se encuentre en peligro por una sobrepoblación, se activan mecanismos de "muerte" para que la especie misma se autorregule. Los organismos que no pueden mutar estos mecanismos, están destinados a la extinción. Un ejemplo de estos mecanismos, es el veneno que liberan las ratas sobre sí mismas cuando hay una sobrepoblación. Incluso, se piensa que el cáncer podría ser ese plan B de la naturaleza para regular la población humana.

Pensando en los 2 puntos vemos que el Bien social no siempre es el Bien individual. Supeditamos nuestro Bien individual al Bien social, en búsqueda de un mayor Bien, el poder vivir en sociedad y desarrollar nuestra propia individualidad.  Pero como vemos, hay casos donde el Bien social es contrario a esta individualidad: Cuando la contribución es mayor a la retribución y cuando hay un sacrificio individual, involuntario por la propia especie.

¿Cómo pensar un Bien Común en esa situación? Se supone que si se piensa desde la perspectiva del Bien común como necesario para el Bien individual, y no contrario a este. Pero los casos esbozados arriba hay una contradicción. El Bien Común estaría encima del Bien individual visto desde esta perspectiva. ¿Cómo superar este impasse?

La respuesta está en el porqué buscamos el Bien común. ¿Lo buscamos porque existe en sí mismo? No. ¿Lo buscamos porque nos beneficia, en la dinámica contribución-retribución? Si y no. El Bien común, es el Bien de los otros. Racionalmente, con los ejemplos dados, no tendría sentido una preocupación por los otros total. Sim embargo, hablamos de los derechos del hombre o del Bien de la Sociedad, sin bien el discurso no lo tenemos del todo interiorizado. Parecería que puede ser un discurso que tiene la sociedad (valores sociales para que la sociedad pueda sobrevivir), y que no es un discurso que parte de nosotros. Creo que en realidad sí parte de nosotros.

Hay una tendencia hacia el Reconocimiento del Otro. Si bien esta disposición nace como manera para sobrevivir (así como toda la ética), ya trasciende esa función inicial y lleva a ser un principio organizador de la sociedad. Ya no es solo una herramienta de sobrevivencia sino es un elemento afectivo de reconocer el sufrimiento ajeno y solidarizarse con este. Es la empatía. Digo que no es solo para sobrevivir, porque como demostré en los ejemplos de arriba, nos llevaría a no sobrevivir. Incluso, el principio de sobrevivencia de la especie humana tampoco parece aplicarse porque si no fuera así, se seleccionaría a los más fuertes para que se reproduzcan y los más debiles irían desapareciendo poco a poco; como sucede en el reino animal. Pero la empatía no produce esto.

Entonces, ¿Por qué surgio la empatía? Pienso que nació primero por una cuestión de sobrevivencia pero nuestra capacidad de abstracción (conocida como Razón) hizo que adquiriera un nuevo matiz. Y aquí viene lo que pienso acerca del Bien común: Tiene mucha relación con la libertad. Defino Libertad como la capacidad de elegir acorde a las posibilidades existentes (o que se conocen como existentes). No quiero extenderme más en este tema porque será materia de otro escrito. Toco este tema porque el Bien individual solo se puede desarrollar si hay libertad, si hay más y mejores posibilidades desde donde elegir (Obviamente sumado con otros factores, pero para el fin de este escrito solo toco este punto). Solo con más personas, con sus diferentes capacidades y habilidades que tienen para ofrecer al mundo, somos "más" libres nosotros (El más es relativo dado que se compara multiplicidades que a la vez son múltiples de múltiples, lo cual hace sumamente compleja la comparación. Pero para efectos prácticos lo propondremos así, dada nuestra misma forma de aprehender las cosas que es conceptual). Hablamos de la empatía y vemos cómo esta preocupación va muy relacionada también con el aumento de la libertad para nosotros mismos. El Bien Común es necesario para el Bien Individual y viceversa, dado que solo un individuo que desarrolle sus potencialidades, podrá aumentar los campos de libertad para todos los demás (la sociedad). Ambos están al mismo nivel y no uno sobre otro como pasaba con la idea de lo Uno. La evolución produjo esto, dado que desarrollo la razón-abstracción y eso generó nuevos campos de posibilidades. La conservación de la especie humana debía ir acorde a las herramientas existentes de la misma especie para sobrevivir. Y esta es una de ellas.

domingo, 11 de marzo de 2012

Ideas que quieren cobrar vida 2

Continuemos con las ideas al aire:

1.Sobre el capitalismo y la deuda de los trabajadores

Estuve leyendo un artículo sobre el problema de los salarios en el capitalismo. Decía que el salario, el pago a los trabajadores por la producción de un bien, son a la vez un costo de producción como una fuente esencial de demanda. El costo de producción debe ser menor al valor final del objeto que se va a vender. Quiere decir que el trabajador gana menos de lo que cuesta un objeto en el mercado.

El trabajador no podrá comprar el producto. Ahora, se dirá: puede comprar otros productos. Si pero estos serán hechos por trabajadores de menor salario. Con esta lógica se llega a pensar que habrá una sobreproducción de bienes, en tanto, no todos los bienes producidos serán consumidos. Eso hará que la oferta se reduzca y por lo tanto el valor del bien también y los salarios también para que haya ganancia.

Para combatir este efecto, a nivel de los trabajadores, uno se debe endeudar o ahorrar. El ahorrar solo se puede cuando tienes cubiertos tus gastos necesarios. Y el endeudamiento, genera que una parte del dinero se vaya a cubrir esa deuda, más los intereses. Los ahorros generan un descenso en la demanda y volvería el ciclo de descenso en la oferta y por lo tanto menos salario. Si esos ahorros son puestos en un banco, para que este ponga el dinero en circulación, igual hay una cantidad que se va a destinada a pagar en intereses. Por lo cual, hay una deuda constante.

2. La desigualdad de la oferta en relación a la demanda

La otra vez, estuve hablando con un chico que me decía que el capitalismo es desigual en tanto relación entre la oferta y la demanda. El ofertante puede brindar la información que quiere sobre su producto. También puede omitirla. El demandante deberá valorar y comprar a partir de ella. Pero, a simple vista, uno dice: "Puede dejar de comprar si es que quiere, si es que no están los datos completos".

Pero el problema es saber cuándo están omitiendo dicha información. ¿Cómo lo sabemos, si es que la están omitiendo? Eso supondría que se conozca el producto, pero no siempre pasa eso. Además, si es un bien de necesidad (obviamente que la necesidad es relativa al contexto donde se ubica, pero eso no impide que exista en tal contexto), se debe comprar el bien, sin saber todo sobre él, quizás.

3. Libertad, voluntad, egoísmo y no-bien común: Las virtudes del capitalismo liberal.

Mis críticas hacia el capitalismo no son la típica destrucción, donde solo se ataca pero no se propone nada. Ni tampoco es donde se expone todo lo negativo y no se habla sobre lo positivo para uno. Busco una alternativa pero que se base en ciertas ideas que se han desarrollado en el capitalismo que me parecen interesantes.

Un primer punto que me parece fundamental es la responsabilidad individual en el accionar. Se habla mucho de que uno tiene lo que tiene debido a su esfuerzo. Esto va mucho de la mano con el concepto de libertad que se esboza en el capitalismo, donde uno es libre de elegir y donde  nadie debe imponerte nada; con la elección viene las consecuencias que uno debe aceptar. Libertad y responsabilidad son principios básicos no del capitalismo propiamente, sino del liberalismo.

Ahora, la cuestión girara en torno a qué es la libertad y si es posible lograrla bajo los puntos esbozados en los dos artículos sobre este tema. Pero, resulta interesante la noción que constantemente se hace: "Libertad es la no imposición, externa al propio individuo". Que se limite lo bueno y lo malo por parte de una entidad que se encuentra en poder desigual respecto al individuo es una imposición. En cambio, en el mercado, en un supuesto, existiría la igualdad de condiciones, donde el individuo puede elegir y dar a elegir libremente. Su voluntad llevaría a la producción de ciertos bienes, ya sea en tanto ofertante o en tanto demandante. Obviamente esto es un supuesto, porque como hemos visto no hay esa igualdad de condiciones, pero es un modelo que puede servir como ideal.

Sobre el punto de la ley de la oferta y la demanda, que es un herramienta útil para explicar el funcionamiento del mercado, herramienta de aproximación, lo rescatable es que es un sensor para medir las voluntades individuales y poner el valor de los objetos según estas. Obviamente, esto es otro supuesto donde se piensa en la competencia perfecta. Pero es interesante esa idea de sensor de voluntades. Ahora la idea es combinar esta modalidad, con la idea del problema de la valoración de los bienes muy distinta a sus propios fines (el ejemplo del lomo saltado con la maca) donde el fin es lucrar y que trae consecuencias como la insostenibilidad del sistema de producción y también con el problema del esfuerzo propio per se, debido a que el valor se genera desde afuera y no necesariamente esta en relación al esfuerzo de un individuo.

Otra idea que me parece interesante es la idea del bien común que tiene el capitalismo-liberalismo. Es la idea de que a partir del bien para un individuo se genera un bien común. Obviamente esto no siempre sucede y la historia da fe de ello, pero resulta importante en tanto oposición a la idea de un bien común por encima del bienestar individual. Eso ha sido el actuar del Estado, donde a partir de lo Uno-Bien, los individuos se alinean hacia este. Sobre esa idea de Estado, la desarrollaré en mi próximo punto. Lo interesante del punto de vista del capitalismo-liberalismo, es partir de una afirmación del individuo como egoísta en sí mismo.

Pienso que el egoísmo parte del ser humano. Richard Dawkins dijo muy claramente que en general las especies son medios para que los genes puedan seguir reproduciéndose y manteniendosé. Ese es su fin biológico. Esto lleva a que cada individuo busque perpetuarse, busque su propia sobrevivencia. Se dice que el hombre tiende al comportamiento empático con los otros hombres y que esto esta en nuestros genes. Pues sí, claramente es una mutación génetica necesaria para poder sobrevivir. Se parte de querer sobrevivir uno mismo y un medio es la empatía. Lo importante es el reconocimiento del capitalismo-liberalismo de la condición egoísta propia del hombre. Ahora, otra idea que me gusta es que no existe una idea del bien común per se, correlato de lo uno, sino que surge solo a partir de la interacción con otros individuos que buscan su bien propio.


domingo, 26 de febrero de 2012

Ideas que quieren cobrar vida

Los pensamientos yacen en mi cabeza como si fuera lluvia de piedras que se deja caer sin cesar. Mi propia naturaleza no me permite detenerlos. Será así, hasta que cobren vida, hasta que construyan un edificio que busque ser el lugar donde habite. Aquí será donde inicie la construcción. Estableceré ideas, las lanzaré al aire y veré dónde caen y qué producen.

1. Pienso que el capitalismo no permite la reflexión. La reflexión es un detenerse, un volver-a trás. La lógica de producción, de "producir más en la menor cantidad posible de tiempo"; la lógica de acumular más, lleva a esta imposibilidad. No podemos detenernos, el progreso es ahora, el tiempo es dinero. Hay que rechazar el tiempo improductivo (producción no solo entendida como ofrecer productos, sino también como demandarlos, pues eso incentiva la producción del otro, y eso a la larga, hace que el otro tenga más capital para poder comprar tus productos). Por eso el ocio "consumista" también entra en esta lógica. La misma tecnología ayuda a la aclaración de este proceso. Hay una desconexión con las propias experiencias del pasado de uno. Incluso hay una desconexión con el ritmo biológico (aunque aún no se si esto puede producir mutaciones y que nos adaptemos). Por eso, hay mucho tedio, evitamos estar solos, pues nos haría notar la desconexión que hay. Por eso buscamos constantemente los estímulos (medios tecnológicos, "fetiche" o petrificación de la mercancía) para evitar "pensar", encontrarse con uno mismo. Si la filosofía misma es dicha reflexión sobre sí mismo, articular todos los saberes y experiencias para tener sentido, tendría dificultades para darse bajo esta lógica de producción.

2.¿Hay una desigualdad intrínseca en el capitalismo? He escuchado la postura : Es la tragedia griega. Cada vez, podemos elegir más, entonces ser más libres. Así era la tragedia: Los dioses no se preocupaban por nosotros, nos dejaban ser "libres" para elegir. Pero no podíamos elegir la finalidad de cada elección, las consecuencias de ello. Lo mismo sucedería con el capitalismo, donde podemos escoger los medios, pero no los fines.

Pero por otro lado, también he escuchado que es un sistema que permite el desarrollo de todos, gracias a los esfuerzos individuales. Como en el punto 1, si quiero ganar más, tengo que, por un lado contratar personas para que trabajen por mí; así ellos se benefician. Por otro lado, tengo que incentivar a que compren mi producto por lo cual, mis compradores deben tener dinero para comprarme. Deben desarrollarse. Así se produce el bienestar social. Además es un sistema que incentiva la responsabilidad, pues si triunfas, es por tu esfuerzo, si fracasas,es por tu error. Competencia, donde sobreviven los más hábiles.

Para reflexionar sobre esto, primero hablemos sobre la desigualdad. ¿Es mala la desigualdad? Por una parte, se puede pensar que sí. Pues, sabiendo que hay personas sufriendo en las calles, mientras, yo aquí, detrás de una computadora, disfrutando de la comodidad de mi hogar, se genera un sentimiento de preocupación por el otro. ¿Por qué yo aquí cómodo y otros sufriendo? Hay una desigualdad y se cae en la cuenta por una preocupación por el otro, por empatía. Pero, en un sistema donde no haya los "de arriba" y por tanto los de "abajo", ¿Podrá haber ese sentimiento? Se habla sobre un sistema donde todos están en las mismas condiciones. Se podría argumentar que si no se conoce una realidad "mejor", no habría ese tipo de preocupación.

Pero en realidad, no sucede así. Siempre hay una "visualización" de esta realidad "mejor", aún así no exista. La vida es cambiante, nos vemos frente a diferentes situaciones y memorizamos dichas experiencias. Organizamos esa información y nos proyectamos para poder vivir a futuro. Buscamos repetir lo que nos ha producido una sensación de satisfacción o reproducir los medios para luego conseguirla. Buscamos evitar lo que nos hace sufrir o hechos que pueden hacer sufrir, pero no producen luego alguna satisfacción. Por lo tanto, debido a nuestra racionalidad y al instinto de supervivencia de todo ser vivo, producimos algún ideal de "mejor", aún así no exista. Puede ser que este ideal nos guía a nosotros, o lo proyectemos hacia los demás. Ya sea por empatía o por intereses netamente individuales. La desigualdad en tanto causante del sufrimiento de los otros según mi idea del bien es mala.

Aunque también existe otro punto. La idea que apela a un concepto de libertad. Se basa en el hecho de que la desigualdad no es mala ni buena, en tanto sea el producto del esfuerzo individual. Se piensa que la desigualdad es la expresión del esfuerzo de algunos y el no-trabajo de otros. ¿Por qué sacarlos de su desigualdad si fue producto de su accionar o mejor dicho su inacción?. Sacarlos es atentar contra su libertad de actuar y es imponerle un concepto de bienestar mío. Quizás su bienestar está en donde el está. Esto, es obviamente en modelos donde la desigualdad se generó por las acciones individuales de hombres "libres" y no por la imposición a través de la coerción de libertad de algunos por parte de otros.

Ahora, viendo esto, pensemos sobre el capitalismo. Históricamente nace por la coerción de la libertad de ciertos hombres sobre otros (la gran acumulación de riquezas producto de la conquista y explotación de América; el descubrimiento de nuevas rutas comerciales, gracias, por ejemplo, al esfuerzo de esclavos remeros de los barcos de marco polo; los comerciantes que fundan las ciudades y la imposibilidad de otros para poder liberarse de los yugos de los feudos, que más adelante hará que los primeros, en ventaja, aprovechen a los segundos para incrementar sus capitales; etc.) Hay pues una imposición, un uso de la fuerza, un recorte de la libertad en el nacimiento del capitalismo. (Cabe aclarar que para la siguiente reflexión usaré ciertos presupuestos: es mejor ser libre a no serlo, producto de la experiencia; la definición de un individuo que ejerce su voluntad y por lo tanto es libre y que en el ejercicio de dicha voluntad, es él y netamente él quien actúa. Son presupuesto que hoy se tiene, producto de la experiencia y la construcción de dichas nociones para legitimar y dar sentido al capitalismo).

La pregunta entonces, bajo la noción de "esfuerzo-libertad" (que también se toma como presupuesto aquí), si es que el sistema capitalista reproduce dicha desigualdad inicial-coerción y si la sigue manteniendo; o si permite la noción esfuerzo-libertad. Cabe acotar, que esta definición de esfuerzo es netamente materialista, dado que se basa en una relación mayor esfuerzo-más capital (o bienes en mayor cantidad o calidad (incluso, la calidad, se define por dicha relación, dado que los bienes de mayor calidad significa un mayor esfuerzo (trabajo o tiempo) y por lo tanto un mayor valor monetario). Históricamente, esta materialización-capital, se produce debido a la expansión de los mercados. Debo conseguir más compradores para mis productos, por lo cual, no solo debo transladar mis productos sino también tengo que homogenizar el intercambio (el dinero). Hay dos formas de homogenizar: Por medio de la imposición o por medio del convencimiento. El valor de los objetos en realidad no se mide por el esfuerzo (¿Cómo se podría medir el esfuerzo?) sino por la complicada relación de oferta-demanda. Lo que los otros quieren y los que otros ofrecen similar a lo que tu ofreces. Es decir, que uno de los conceptos claves "esfuerzo" no esta en igual de relación que valor. Parece que fuera una imposición, no vale lo que tu quieres que valga sino lo que los otros dicen que vale.

Ahora podemos ampliar el concepto de "esfuerzo" y no solo ponerle en tanto producción del bien, sino de la capacidad para promocionar y posicionar tal objeto. Obviamente que para todo intercambio (dado que no podemos producir todos los bienes que necesitamos o deseamos) tiene que haber voluntad de intercambiar para ambas partes. Por lo tanto, no solo es el valor que tu quieres que tenga, sino que el otro esta dispuesto a aceptar. Es una negociación, en un supuesto caso perfecto. Pero cabe resaltar, que estos son caso hipotéticos, porque en estos, el supuesto es que ambas partes están en igualdad de negociación. Pero no siempre sucede así. Las relaciones son desiguales, unos tienen poder coercitivo, poder imponerse sobre otros. Puedo imponer tal valor y como los otros "necesitan" tales bienes, tienen que aceptarlos. En conclusión, para vender es necesario o apelar al gusto del consumidor o algún significado especial o apelar a la necesidad, incluso creándola.

Vemos que lo hablado en el Punto 1, se produce por la aceleración del proceso de producción y los estímulos frecuentes que apelan a lo sensorial, los gustos, como parte de la publicidad para incentivar al consumidor a comprar más. Puedo incluso apelar y evitar la reflexión para que sea efectivo el crear las necesidades ficticias. Esto es producto de la máxima "acumular más capital" propio del capitalismo. Pero no necesariamente surge como consecuencia de ella. Osea, se da pero es contingente, es decir, puede ser como no-ser dentro de esa máxima.

¿Lleva el capitalismo la desigualdad estructural? O ¿es efectivamente, la ideología, la libertad, la responsabilidad y el propio esfuerzo? Cabe, hacer una aclaración: La tesis se basará partiendo del capitalismo puro. Sus dos principios: Acumulación de capitales y rational choise. Sobre el primero, es insostenible mantenerlo siempre. Los recursos o materias primas son limitados. Ahora, podría decirse que se puede usar la tecnología y vender "no-entes", tipo productos digitales. El espacio digital es infinito y es una gran área ahí para explotar y hacer negocios. Pues bien, se puede decir que se debería producir más productos tipo computadoras y por lo cual, aún se habla de un sustento material. Pero se puede decir que se usa recursos energéticos alternativos para aminorar el impacto ambiental. Respondo, pero igual usas un tipo de energía y por el segundo principio de térmodinámica, produces un tipo de energía, energía residual, no-útil, que no se tiene en cuenta, en cuanto a la inversión realizada y que podría aumentar los costos.

Incluso, podría atreverme a afirmar que el valor no tiene relación con esta importante función que es el gasto energético. El valor se basa en función a la oferta y la demanda, es decir, como arriba lo exprese, a las necesidades  (muchas creadas o sobre-aumentadas) y gustos. En su gran mayoría, hay una desconexión entre el gasto energético y el valor. Incluso, en las máquinas industriales, que podrían decirse que los ingenieros de tales máquinas que se dice que tienen en cuenta "esos gastos", en realidad, tienen en cuenta el costo de los insumos necesarios para la producción y el precio de dichos insumos son en función a la demanda y la oferta y no al valor energético que contribuye para la producción. Un ejemplo claro de esto es  en los alimentos. Por ejemplo, digamos que necesitamos 1500 calorías diarias.  Supongamos que una bolsa de maca de un kilo cubre tal valor. Y cuesta 3 soles. Mientras que supongamos que un lomo saltado con igual valor energético cuesta 45 soles. A simple vista se dice, injusticia, ambos alimentan igual (cumplen su función de "ser alimentos") pero uno cuesta 14 veces más que el otro. Ahora, uno dice, pero esto es porque se le ha sumado el valor intelectual del cheff, la gran variedad de insumos y todo el costo del proceso para producirlos. Eso explicaría el porque de la diferencia del precio. Pero al descubrir esto, nos damos cuenta de que si sumamos todo, ha habido un costo energético sumamente alto (con su consecuente energía residual) y que el resultado final, en valor energético es mucho menor al costo en valor energético. No somos para nada racionales. El "rational choise" se basaría elegir un "presupuesto" y elaborar un sistema a partir de este. Maximizar utilidades, sino la utilidades fijadas por el valor o precio que es a su vez fijado por la oferta y la demanda.

Hay que resaltar el peligro de no tener en cuenta la variable costo energético. Pues, en un sistema como el nuestro, cuya energía aumenta gracias a las fuentes solares y otros tipos de energía, pero a la vez que el gasto energético es mayor, se va a volver insostenible nuestra situación para poder habitar en la tierra. Ya no solo es por las condiciones ambientales para poder vivir sino también las condiciones energéticas para poder vivir. Olvidamos que la energía inútil esta en aumento y la energía útil aumenta pero gracias a fuentes externas a nuestro "sistema". Gastamos más de lo que recibimos y cada vez esto es mayor, por lo cuál pronto nuestra situación será grave. ¿Por qué voy a cuestionar los principios del "valor"? Porque los otros movimientos "verdes" por lo general promueven políticas donde se tenga en cuenta el impacto ambiental de las acciones humanas, pero mantiene el mismo presupuesto para ir hacia el mundo, para manejar el mundo, lo que es el "valor" de las cosas. Este valor parte incluso del presupuesto de que es el hombre el dador del sentido-valor de las cosas, que pasan a ser medios para los fines humanos. El "valor" energético puede ser una propuesta que tenga en cuenta las cosas mismas, si bien la medida es un definición humana, pero que tiene en cuenta el principio que decía para la ciencia en mis otros post: Ser así, porque sino de otra manera no existiríamos; tener en cuenta la vida en tanto necesidades. No desarrollo más la idea, porque este es un espacio para reflexionar sobre lo dado.

Reflexionemos sobre el porqué de esa definición del valor "oferta-demanda". Como dijimos, se basa en el intercambio y los intereses de las partes. Si pensamos en aquellas personas que vivían solo a partir de lo que producían o vivían de lo que te intercambiaban, no les convendría esta definición. Pensemos el siguiente ejemplo: vendían un bien y las ganancias de ese bien les servía para comprar un producto necesario. Imaginemos que el "valor" de dicho bien disminuía por esta ley, entonces recibían menos dinero y con eso debían comprar su producto de subsistencia, que si mantenía un valor constante por ser tener un demanda constante dado que es un bien de subsistencia. Ahora, se que podría surgir una gran cantidad de contra ejemplos donde se buscaría que ese bien también baje de precio. Pero el punto era enmendar que dicho valor se crea del intercambio entre empresarios antes que entre trabajadores "subsistentes" (cuyo trabajo solo sirve para poder subsistir). Un empresario es aquel asume riesgo económicos no personales. Lo cuál significa, que tiene los medios para poder sobrevivir y produce o intercambia objetos "extra- subsistentes". Solo con ellos, se podrá hablar del valor oferta-demanda.

Ahora, esta valoración se ha extendido a toda parte donde llega el mercado occidental que ahora se ha convertido en un mercado global. Es un tipo de valor que se basa en la negociación no-explícita entre hombres que pueden negociar no-explícitamente (la mano invisible, la autoregulación del mercado). El intercambio entre el empresario y el trabajador de subsistencia es desigual si se basa en dicho valor. Si bien los intereses del empresario se pueden ver en juego, las necesidades del trabajador de subsistencia lo pone en una desigualdad. Necesita un determinado dinero para comprar un bien, este bien se va a mantener constante en función a que la demanda siempre lo va a ser, mientras el bien que produce puede aumentar o disminuir. Ahora, se puede decir que el bien-necesidad puede bajar, si es que surge otro ofertante, gracias a la competencia. Pero esto depende no del trabajador de subsistencia sino de los empresarios. Los trabajadores de subsistencia no pueden tomar los riesgos de variar los precios porque puede quedarse sin comida para vivir. La relación es desigual.

Esto va mucho de la mano de crear necesidades, antes mencionadas. Actualmente hay una canasta básica que indica digamos el monto de bienes necesarios para poder vivir. Las personas por debajo de ese monto, tienen una desventaja para poder entrar en la lógica del mercado. Cada vez se crean nuevas necesidades (por ejemplo, el acceso a internet, se esta volviendo una necesidad, la expansión de las ciudades vuelven más necesario el transporte, que si bien puede llegar a ser barato, lleva a sumar un monto). Cada vez, los estándares de productos "necesarios" aumenta. Eso lleva a un aumento el precio de la canasta básica y los productos que se incluyen en ella.  La canasta básica sube o mejora los estándares cuando la calidad de vida de la sociedad aumenta. Pero también, cuando, ante las exigencias del mundo globalizado, se hace necesario tener ciertos bienes que antes no se consideraban como necesarios.

Si la calidad de vida sube, los precios también. Para pasar la valla de la necesidad, todos deberíamos ser empresarios, es decir, ganar más de lo que se gasta en bienes "necesarios". Cabe aclarar que puede haber ciertos bienes que si bien no son necesarios para vivir, se vuelve "necesarios" para poder pertenecer a una sociedad, llámese los productos tecnológicos o incluso las modas. Todo eso suma en ese rubro. ¿Es necesaria la etapa "Imperialista", donde una vez saciada la demanda interna, para que el país pueda seguir desarrollándose (proceso donde se crean nuevas necesidades), tiene que exportar sus bienes a otros países, donde debe crear nuevas necesidades para poder tener éxito?

En el caso de las necesidades impuestas desde afuera, por la globalización, lleva a los países sub-desarrollados, por debajo de tener esas necesidades, a llevar a una posición de desventaja. Sería el ejemplo entre el empresario y el trabajador de subsistencia solo que a nivel entre naciones o global.

Con todo lo dicho anteriormente, concluyo que sí existe una desigualdad estructural en el sistema capitalista puro. No existiría tal desigualdad si es que todos seriamos empresarios, pero esto no es posible. Tanto en las sociedades desarrolladas como en las que no, se necesita, me atrevo a decir, crear necesidades. Si no habría tales constantes, la economía sería tan volátil y arriesgada, que ninguna empresa podría sobrevivir. Sin un flujo de dinero constante, que se pueda invertir, no habría empresas. Entonces, si va a ver gente que está por debajo de poder costear tales necesidades. Y por lo tanto, estará en desigualdad para la negociación no-implícita que es la confrontación de la oferta y la demanda.

Ahora podría dejar de haber esa desigualdad, pero se produciría o por la "benevolencia" del empresario o por sus propios intereses, de ganar más al competir si bajo los precios. Dirán el mercado es su expresión. Yo diría no exactamente porque no es libertad de mercado propiamente, ya que se sabe que hay un monto que podría subir y acordar con los otros también quedar y sabría que podría controlar a los consumidores que tiene que necesariamente comprar.  Las otras formas de combatirla suponen un ruptura a tal lógica, como es el Estado de Bienestar o un salario mínimo vital o el control sobre los precios. Pero, de alguna manera, elevarían los estándares y sucedería lo antes dicho, o desincentivarían la producción que se basa en generar rentabilidad.

viernes, 17 de febrero de 2012

El sentido de vivir


Este video lo hice para un trabajo cuando estaba en quinto de secundaria. Recuerdo que en esa época lo que me hacia pensar mucho era la muerte, la religión y el sentido de la vida. Actualmente, sigo pensando similar.

lunes, 6 de febrero de 2012

La filosofía: Lo común y la revolución de conceptos

“Este nuevo quehacer tiene dos ejes importantes: la calle y la vida. La filosofía que hoy hace falta requiere apoderarse de la calle, tiene volver a la plaza, a los espacios de congregación de los ciudadanos. La filosofía debe dejar de ser un reducto de unos pocos iniciados que hablan un lenguaje que los demás son incapaces de entender y mucho menos de seguir. La filosofía requiere recuperar la calle que perdió hace mucho tiempo. Ella nació en la calle y debe volver a ella. Tiene que estar en las marchas, en las manifestaciones, tiene que ser parte de los grandes carnavales”. (Por la senda del pensar ontológico de Rafael Echevarría)
 Leí esta frase en la espalda de un libro y me resulto sumamente interesante. Compre ese libro y no resulto tan espectacular como esperaba. Pero igual da algún material para desarrollar con las ideas que se esta gestando en este blog.



La filosofía: Propuesta de vida diaria

La tesis central del libro es la importancia de la filosofía en la vida diaria. El libro era medio de autoayudaba y se centraba en la capacidad reflexiva de la filosofía para desafiar las nociones que uno tiene sobre sí mismo y el mundo. El objetivo que buscaba este libro era ver como uno puede reflexionar sobre sí de una manera nueva para poder encontrar un mejor sentido a la vida.

Decía que esto se puedo hacer solo desde el paradigma del lenguaje, donde se promueve que es el lenguaje el que construye el mundo, interpretándolo. No podemos acceder al mundo como es, sino como lo interpretamos. Ahí yace la posibilidad de poder cambiar nuestra vida, porque depende de nuestra interpretación de ella y esta se construye a partir de las nociones que tenemos sobre nosotros mismos. La filosofía del lenguaje mostraría los condicionantes que determinan estas nociones: La experiencia y el acto de estructurar el lenguaje.

Discrepo con esta visión, pues no todo es subjetivo. Tenemos de alguna manera acceso a los objetos pues sino no podríamos sobrevivir. Pero no desarrollaré mucho este tema. Lo interesante es lo que plantea el autor (más allá de su visión personal sobre el lenguaje) acerca de la filosofía como propuesta de vida diaria.

Antes de continuar, quiero decir, que lo que entiendo como filosofía, es la reflexión sobre lo universal, la totalidad de las cosas existentes. Es lo que circula y enlaza a todos los saberes humanos, para poder comprender al hombre mismo. Esto no puede hacerse desde un saber particular porque por definición, se limita a un ámbito propio, excluyendo los demás ámbitos de la realidad. El hombre existe en esta totalidad que llamamos existencia.

Planteo esto por dos motivos. En un primer lugar, interpreta la historia del pensamiento y la filosofía como la lucha por el fundamento del existir, lo que da unidad al existir. Esta lucha se daba por tres posturas: El fundamento esta en la naturaleza-lo físico (naturalismo); el fundamento esta en lo más allá de lo físico-lo metafísico (metafísica); El fundamento esta en el hombre-el hombre es la medida de todas las cosas (antropologismo). Habla que en la modernidad domino la visión metafísica (que planteaba un ser estático, inmutable y que despreciaba lo sensorial) pero que llego a puntos de contradicción. La visión física y la antropológica se combinaron y empezaron un debate con las ideas metafísicas. Actualmente, estas últimas ideas, en el plano del pensamiento han sido relegadas. Pero en el plano de lo cotidiano, aún no han sido desterradas. El autor piensa que aún se actúa como si las cosas fueran de una determinada manera,  "esto es así". Ello nos impide desplegar todo el potencial de la ontología del lenguaje. Por eso, la tarea de la filosofía es bajar de su torre de marfil para estar en lo cotidiano, combatir desde ahí estas nociones. (Personalmente, aún no termino de desarrollar mi visión sobre el mundo. Como digo pienso que no todo es lenguaje, sino también podemos de alguna manera acceder a lo no-subjetivo. Sobre la noción de las cosas son así, aún tampoco lo desarrollo. Lo que hago es hablar sobre la reflexión del autor. Pero lo importante es resaltar que la filosofía debe aplicarse en la vida misma, en lo cotidiano, porque define los conceptos con que entendemos y actuamos en el mundo. Es una reflexión sobre la vida misma y no sobre "castillos en el aire").

El segundo motivo parte de la reflexión filosófica misma. El filosofo se plantea cuestiones referidas a su propia existencia. La respuesta que se da, se verá condicionado por las propias nociones pre-reflexivas que se tiene de aquel hombre que se pregunta. El hecho de preguntarse es tener la concepción de un hombre que es capaz de cuestionarse, dudar. Entonces, el propio pensar se origina en la vida misma. Es desde ahí donde se debe partir, examinar esas concepciones básicas para poder realizar en su máximo potencial las reflexiones que se definen como filosóficas en un sentido más limitado. Por eso, Heidegger dirá que la condición inicial del hombre, no es ser una sustancia que piensa, sino estar-en-el-mundo.




La filosofía se hace en la calle

Hasta la parte que leí (la mitad del libro) el autor no ha desarrollado mucho la idea esbozada en la cita. Por lo que puedo entender, habla de la calle como símbolo de lo cotidiano, de los espacios donde transcurre la vida misma. No desarrolla la idea de la calle como espacio común, como el lugar donde uno vive y comparte con los otros. La máxima referencia que hace hacia los otros, subyace en la importancia de entender a los otros para entender a uno mismo. Pero es una visión individualista: Estudio a los otros, para comprender ciertas nociones que pueden servirme para entenderme a mi mismo. No hay pues una mención a la necesidad de vivir en comunidad para poder sobrevivir como individuo.  A partir del reconocimiento de esta necesidad, viene la preocupación de los otros (preocupación consciente o inconsciente por medio de los instintos generados por la evolución para la sobrevivencia). Necesito preocupar por los otros, porque si no sobreviviría, habla los genes "egoístas", muchas veces en silencio.

La filosofía en la vida diaria se da por la necesidad de entender las nociones más fundamentales sobre nosotros mismo y ver si es posible cambiarlas. Hoy sabemos que las nociones de individuo están en gran parte determinados por las estructuras sociales en las que este existe. Incluso, la misma herramienta que usamos para reflexionar esto, el pensamiento-lenguaje, esta determinado dentro de un marco símbolico generado por una comunidad propia. El lenguaje es social. Entonces, la filosofía también debe explorar lo social, sus estructuras y dinámicas, para entender si es que ciertas nociones son construidas  por lo social o es así su naturaleza. Es ver como lo social determino al individuo.

Pero no solo es un entender, sino un también cambiar. Si bien uno puede cambiar en tanto individuo, no podrá hacerlo mientras que la comunidad donde vive, siga con las viejas nociones que uno decidió abandonar. Es como si uno hubiera desarrollado alas, pero se ve encerrado en un cuarto, que lo limita a volar o incluso que le prohíbe hacerlo. Tiene que cambiar su medio, su comunidad para poder desarrollarse plenamente.

Así, la filosofía propiamente se hace en la calle. Se debe discutir con los otros sobre la realidad de tales nociones. Se debe escuchar, oír porque lo el otro creo lo creo así. Descubrir quizás que en tal idea que se había tenido no se había tenido en cuenta lo que el otro dice. Quizás cambia la nueva noción. Así se hace filosofía, no es solipsista. Es mediante el diálogo con el otro. La cuestión humana, se da en lo humano, no como un solo individuo, sino en el conjunto de particularidades humanas que forman lo humano. Se debe conocer al otro, preocuparse por el otro. Porque si la comunidad en que estoy no vive de una "buena" manera, yo no podre vivir tampoco de esa manera. La revolución de los conceptos se hace en un plaza y no desde el escritorio. Los nuevos conceptos y nociones deben ser aceptables por todos, y no solo por uno.